Raimundo Fitero
Jurásico
Proponer que los dinosaurios rieguen los jardines del futuro es un bonito ejercicio de cinismo, al igual que crear una brigada de detección de brotes verdes en la vida democrática que nos ahoga es un acto de optimismo demagógico, a no ser que intentemos sobrevivir en estado de reconstrucción tras la noche festivalera. Si miro a mi aparato digitalizado, terrestre y televisivo, me encuentro siempre en un remozado túnel del tiempo. Voy a escribir una barbaridad: lo único que parece que cambia algo son unos pocos cromos en las colecciones de futbolistas. El resto, la verdad, es la televisión del jurásico.
Lo anteriormente escrito es fruto, por obvio, de la pre-depresión post-vacacional. Uno de los síntomas con los que se me manifiesta este estado de ánimo es que me salen más ripios y pareados que lo normal. Llegan automáticamente apoyados en el nombre de las cadenas por las que surfeo con mi mando a distancia tuneado. Es un agobio, se encuentra uno encerrado en un juguete atascado en sus contenidos en los tiempos en los que el color se desvanecía en unos electrodomésticos cúbicos que acogían un tubo catódico en el que se representaba la mentira disfrazada de realidad. La tecnología no ha servido para cambiar las malas prácticas y se mantienen las peores intenciones, pero con mejor señal.
No hay por donde meter mano, los noticiarios son repeticiones de escaletas con variaciones mínimas, se convierte en noticia de entrada que en plena canícula haga calor. Aparecen supuestos políticos mencionando en vano el nombre de la democracia, se tiran los bustos de Franco a la cabeza, mientras los comportamientos reales son franquistas en contenido y formas, el desenlace de ciertos acontecimientos deportivos áureos se tratan con un tono falangista que asusta y de paso, la gripe famosa no deja de proporcionar miedos y reparos múltiples.
Es difícil encontrar alguna solución a la situación de bloqueo ni en los magazines, ni en los programa de playa, ni en las series, ni siquiera en las películas. Estamos en un jurásico superior y lo que se anuncia es más retroceso en todo el entramado político, televisivo y propagandístico. Que pase la ola.