Maite SOROA | msoroa@gara.net
La batalla del «cambio»
No se les puede negar el empecinamiento en el error, pero algunas de entre sus más fervorosas groupies empiezan a olerse lo que puede terminar como un fracaso estrepitoso. Por eso ofrece árnica en forma de explicaciones. Ayer en «El Correo Español», Tonia Etxarri reconocía que «no es tarea fácil arrancar las fotos de los activistas de ETA de las calles del País Vasco», y advertía que la cosa pinta difícil porque mucho más difícil resulta arrancar de la conciencia de una parte de ciudadanos y de tantos dirigentes políticos, la idea de que hacer propaganda del asesinato es, además de delictivo, inmoral. ¿O habría que decir amoral? Si el hermano de Eduardo Puelles tiene que pedir a los partidos que no permitan que se repita la `impunidad' de la simbología terrorista, es porque él sabe, como ertzaina que es y como cualquier otro ciudadano que no lleve una venda en los ojos, que las fiestas han sido utilizadas durante muchos años por el entorno de ETA sin que tuviera mayores problemas con la autoridad competente. Y que existía una parte de la población con pocos principios democráticos en torno al valor de la vida». O sea, que el problema lo tienen con la población.
Ahora de lo que se trata es de dirigir bien a la Ertzaintza : «Cuando no se respeta la legalidad, la Ertzaintza (si tiene claras las indicaciones de sus superiores) tiene la obligación de actuar para impedir que los manipuladores acaben reventando las fiestas populares. Y eso es lo que está haciendo. Suena a obviedad en un pais democrático.
Pero Euskadi, mientras sigamos estigmatizados por la presión del terrorismo, no lo es». Evidentemente, un país donde se niega el derecho a voto a una parte importante de la población no puede presentarse como un paraíso democrático, pero creo que Etxarri no se refiere a eso.
Y para concluir nos describe lo que viene: «El Ejecutivo de Patxi López, con el consejero Ares al mando, se ha tomado la liberación de la calle de la propaganda terrorista, como una sokatira constante. Un cuerpo a cuerpo (...) El Gobierno dice que si tiene que retirar carteles cien veces, lo hará. Será un pulso duro; de inmenso desgaste». Tengo la impresión de que se van a gastar una fortuna en horas extras a los ertzainas y en pintura. Otro ridículo.