Obama defiende con uñas y dientes su polémica reforma de la sanidad
GARA |
El presidente de EEUU, Barack Obama, lanzó ayer duras críticas a quienes se oponen a su plan para reformar el sistema de salud del país y les acusó de difundir falsedades y distorsiones. En su habitual discurso radiofónico de los sábados, Obama se congratuló por el hecho de que su propuesta haya generado un importante debate, aunque matizó que «sin embargo, debería ser un debate honesto, no dominado por falsedades y distorsiones intencionadas difundidas por los que más se beneficiarían si las cosas se mantienen como están».
Como ejemplo citó lo que calificó como «la falsa afirmación» de que los inmigrantes ilegales estarán cubiertos por la reforma. «Eso no es verdad. Esa idea nunca se ha planteado», señaló. De igual modo, Obama manifestó que se ha dicho que los abortos también serán cubiertos por la reforma, lo cual, preciso «es falso».
El inquilino de la Casa Blanca rechazó de la misma manera la noción de que el Gobierno pasará a controlar totalmente el sistema de la atención médica en EEUU, «lo que -concedió- asusta a muchos».
«Eso no es verdad», insistió Obama y agregó que la intención principal de la reforma es impedir que las aseguradoras tomen medidas arbitrarias respecto a la cobertura de cada persona. Añadió que otro objetivo es aumentar la competencia y «a las aseguradores y sus aliados no les gusta esta idea...o cualquiera que promueva una mayor competencia», indicó.
El legislador republicano Tom Price coincidió en la necesidad de reforma, ya que «la situación actual de la atención medica en EEUU es inaceptable».
Tras defender la idea es proveer a todos los estadounidenses «atención más accesible y asequible sin reducir la calidad», pero sentenció que «eso es imposible con el enfoque que ofrecen el presidente y los demócratas en el Congreso de que un solo plan resolverá los problemas a todos».
Price pronosticó que si prospera la propuesta de Obama «millones de estadounidenses se verán forzados a dejar su seguro personal y privado y pasarse al plan del Gobierno».
Coste en popularidad
La reforma del sistema se ha convertido en la principal bandera de lucha de Obama, pero le estaría perjudicando en su popularidad según los últimos sondeos, que muestran que el índice de desaprobación del mandatario alcanzó un récord del 40%.
La encuesta del diario Washington Post y de la cadena de televisión n ABC muestra que la popularidad de Obama ha sufrido un fuerte traspié durante los últimos meses.