Un incendio declarado el pasado viernes en las afueras del norte de Atenas se descontroló ayer por los fuertes vientos y amenazaba a al menos tres pueblos cercanos a la capital griega, en la región de Atica, según informaron fuentes policiales helenas.

El fuego amenazaba áreas residenciales y había constancia de viviendas vacías arrasadas por las llamas. Seis aviones, cinco helicópteros, 35 camiones de bomberos y 150 efectivos intentaban controlar el incendio. Los bomberos urgieron la evacuación de unas 3.500 personas de las localidades de Gramatikos y Varnavas, en el este de la región capitalina.

Ante la gravedad de la situación, Protección Civil ha declarado la prefectura de Atica en estado de emergencia. «La situación es muy grave, vemos como avanzan las llamas», declaró un testigo del incendio en Gramatikos a la emisora de radio Skai.

«Ruego que vengan rápido. ¡Se está quemando mi propiedad y nadie hace nada!», criticaba otro vecino de Varnavas en una radio ateniense.

El Ejército ha trasladado material militar inflamable que tenía almacenado en las cercanías de Varnavas a un lugar más seguro.

Son precisamente los fuertes vientos los que alimentan el centenar de incendios declarado en Grecia durante las últimas 24 horas, todavía con el recuerdo de los catastróficos fuegos de 2007 en la isla de Evia y en el sur del Peloponeso, que se cobraron la vida de 65 personas y generaron una grave crisis política.