Hoy 23 de agosto, último día de Aste Nagusia se celebrará una ceremonia desconcertante: la entrega a Bilbo de un diploma denigrante que acredita a esta fiesta como el «primer tesoro del patrimonio cultural inmaterial de España». Una organización comercial de mercadotecnia urbana, Bureau Internacio- nal de Capitales Culturales -presidida ante lo demostrado por un periodista y sociólogo catalán, Xavier Tudela-, con un denigrante concepto de la cultura popular, la etnografía, la tradición y la idiosincrasia pero con acentuado afán oportunista, ha propuesto una nueva y demagógica estupidez colectiva. Los ciudadanos de algunos lugares elegidos del Estado español, mez- clando irracionalmente conceptos festivos con religiosos, leyendas o tradiciones diversas, han podido votar, el número de veces que quisieran, para que un acto significativo de su ciudad sea elegido Tesoro del Patrimonio Cultural Inmaterial de España, «con el propósito de divulgar, sensibilizar y salvaguardar la herencia cultural española». Como consecuencia de ello, Aste Nagusia de Bilbo ha sido elegida, en una extraña y sospechosa propuesta en primer lugar por el voto de 14.027 pulsaciones, sin razonamiento algu- no, presionar una tecla y basta. Una vergonzosa campaña que nos presenta destacada e innecesariamente como un pueblo rudo y brutal, obtuso e inmaduro, impulsivo e inculto.

El primer rechazo es por ser una competición españolizante, en la que no se sabe qué representan cuatro acontecimientos de Euskal Herria entre 45 asuntos de otro país: Aste Nagusia en Bilbo, la Fiesta de San Fermín en Iruñea, Danborrada en Donostia y el Txistu, elementos absolutamente dispares.

Aste Nagusia, la fiesta popular, tiene otros valores como el hecho de surgir en 1978 de una iniciativa espontánea exclusivamente popular no mediatizada, de Bilboko Konpartsak y mantenerse como tal propuesta social además de con su denominación, con la potenciación de la música euskaldun, el uso de la lengua propia del país, el euskara, la dignidad de recordar permanentemente a los prisioneros políticos vascos, tanto a los vecinos de la villa, como a otros encarcelados en los centros de exterminio de España y Francia y el unánime rechazo a la bandera española por el pueblo vasco. Asimismo, este año de institucionalizada barbarie política a la absurda, chulesca, violenta y fascistoide intervención de unos policías disfrazados como si fueran vascos para hostigar todo síntoma de evocación y cariño familiar y social a quienes han luchado por la liberación de nuestro país.

La fiesta oficial, la del Ayuntamiento, tiene un derrochador programa reaccionario españolizante con zarzuela, arcaico teatro madrileño, cantantes españoles descatalogados, etcétera, y el ostentoso pijoteo de los aduladores tauricidas que se exhiben con las balduretas y demás bufones de la villa. No se puede, bajo ningún concepto, prostituir la palabra patrimonio cultural con unas fiestas cuya actividad principal pública programada es la tortura y muerte pública de 54 toros.

Algún día hablaremos del riquísimo y variado Patrimonio Cultural Inmaterial de Euskal Herria, que como uno de los pueblos más antiguos de Europa ha creado a lo largo de su peculiar historia y parcialmente conserva, respeta y conmemora en la actualidad. En octubre de 2002, en una reunión previa y local con Udalbiltza, personalmente aportaba una iniciativa muy similar de autoestima cultural que no prosperó, pero que se contempló con mucho interés, por las preocupaciones más apremiantes del momento. Por lo visto casual, no causalmente, anterior a la primera nominación de Capitals de la Cultura Catalana, otorgada en 2004 a la bella población gironina de Banyoles. Esta idea, que me complazco hayamos compartido sin conocernos, no reflejaría más que un sincero y, en mi caso, desinteresado interés cultural por nuestros respectivos países. Su origen es evidentemente la pro- puesta que en 1985 el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea, gracias al tesón de la artista, intelectual y política griega Melina Mercouri (1920-1994), como ministra de cultura de Grecia propuso con enorme sentido la creación del concepto de Capital Europea de la Cultura, siendo elegida la primera en 1985 Athens (Atenas).

Fue el momento en que el eurodiputado de Herri Batasuna Karmelo Landa transmitió en dicho foro comunitario mi sugerencia de dar apoyo a la reivindicación del retorno de los frisos del Partenón todavía en el British Museum a la Akrópolis atheniense y a la vez recibir el refrendo europeo para que el mural ``Guernica'' viniese a su emplazamiento ideológico y lógico, Gernika, una villa que posee un importante patrimonio medioambiental, cultural material e inmaterial que ha sido trágica y repetidamente ignorado cuando no rebombardeado por este gobierno golpista y represivo del PPSOE.

Es sumamente decepcionante y agresivo este absoluto y absurdo atrevimiento evidenciando un total desconocimiento de nuestro país, su cultura, tradiciones, planteamiento no sólo rechazable sino despreciable. Ha envilecido conceptos de rango universal que merecían como en todo el mundo civilizado un tratamiento respetuoso creando una peligrosa y perversa confusión. Es el gran responsable de admitir, como manipulador interesado, este banal concurso trampa que constituye una burla a Euskal Herria y un insulto al ser humano como creador, portador y transmisor de supremos valores de aprecio, sensibilidad, cultura y respeto a la naturaleza y a las especies animales de todo tipo que compartimos, en un deseable equilibrio y respeto mutuo, la Tierra.

No obstante, hoy será agasajado con una opípara, multitudinaria y costosa comida, como es norma de la casa por este bravucón alcalde que soportamos en la Villa y todo su sanedrín, que luego le acompañarán invitado a la masacre taurina donde se pasan los nueve días de fiesta de esta Aste Nagusia calificada de Tesoro en su particular apología de la violencia y orgía sanguinaria. Así podrá comprobar y compartir directamente la atrocidad que ha patrocinado. Sólo deseo que tenga la honestidad de reconocerlo.