Solidaridad y reconocimiento entre dos pueblos unidos por la represión
Mañana se cumplen quince años desde la llamada «masacre del Hospital Filtro» en Uruguay, donde dos jóvenes resultaron muertos en una movilización en solidaridad con refugiados vascos. La presencia de Norma Morroni, madre de uno de los fallecidos, sirvió en Bilbo para fundir en un abrazo solidario y de reconocimiento mutuo a dos pueblos.
Manex ALTUNA |
El 24 de agosto de 1994 los jóvenes Fernando Morroni y Roberto Facal fueron acribillados a tiros en Montevideo tras partici- par en una movilización de solidaridad con tres refugiados vascos que se encontraban a la espera de ser extraditados al Es- tado español.
Los hechos, conocidos como la «masacre del Filtro» o «masacre de Jacinto Vera», en alusión al hospital y al barrio en que se produjeron las cargas, han quedado grabados en la memoria de los vascos y ayer se recordaron en las txosnas de Bilbo.
El acto convocado por el movimiento pro-amnistía levantó una gran expectación entre los medios de comunicación después de que durante la mañana se difundiera que había sido prohibido por la Ertzaintza. Sin embargo, el homenaje se realizó sin ningún tipo de problema. Los uniformados no hicieron acto de presencia.
La que sí asistió fue Norma Morroni, madre de uno de los fallecidos, y Manueltxo Goitia, uno de los refugiados vascos que se encontraban en huelga de hambre y sed junto con Luis Mari Lizarralde y Mikel Ibáñez, cuando ocurrieron los hechos.
Goitia rememoró los acontecimientos y calificó las movilizaciones de una «verdadera muestra de solidaridad y dignidad». Indicó que el apoyo del pueblo uruguayo se inició dos años antes tras la detención de una treintena de vascos residentes en el país sudamericano.
Según explicó, desde el primer momento la respuesta fue inmediata. Se organizó una comisión de familiares para dar ayuda humanitaria a los detenidos y los uruguayos pusieron en marcha otra comisión para exigir el reconocimiento de asilo.
Recordó que hacia octubre de 1993 dieron comienzo a la primera huelga de hambre por su puesta en libertad y que, al mismo tiempo, en su país de acogida iniciaron una campaña para que su excarcelación se produjera antes de navidades. Detalló que unas 200 familias se ofrecieron entonces para acogerlos en sus casas.
El refugiado añadió que el 11 de agosto de 1994 los tres únicos vascos que continuaban en prisión emprendieron la segunda huelga de hambre y el día 19 pasaron a la huelga de sed ante la inminencia de ser extraditados. Entonces, según dijo, fueron trasladados al Hospital Filtro y miles las personas acudieron a mostrarles su apoyo día y noche.
Al finalizar el repaso de los hechos, Goitia dio lectura a una carta enviada desde la prisión por la presa política vasca Agurtzane Delgado. Ella era una de la treintena de refugiados que fueron arrestados en Uruguay y quiso agradecer tanto la actitud del país sudamericano con las movilizaciones realizadas en defensa de los vascos como la actitud de la propia Norma Morroni al exigir reclamando justicia.
La carta finalizaba recordando las manifestaciones de Morroni frente al cuerpo sin vida de su hijo después de que la propia Delgado le preguntara si le parecía bien que entrara a darle el pésame en nombre de los refugiados vascos: «Ustedes no son los culpables, los culpables son los que le mataron. El estaba allí no sólo para defender el asilo para los vascos, sino también la dignidad nacional, y estoy orgu- llosa de mi hijo».
La madre no pudo contener la emoción tras el aurresku de honor que realizaron un grupo de dantzaris. Tomó la palabra para agradecer todo el cariño y apoyo recabado durante su estancia en Euskal Herria e hizo alusión a las madres de los presos políticos y los militantes fallecidos.
«Los que no están marcaron la historia y por eso no hay que olvidarlos, porque entonces será cuando están verdaderamente muertos», declaró tras insistir en que seguirá pidiendo justicia.
Lucha y organización
Morroni recibió varios obsequios por parte de comparseros de Txori Barrote y Askapeña. Desde el movi- miento internacionalista vasco añadieron que hace quince años Euskal Herria recibió el mayor ejemplo de solidaridad, pero que a día de hoy siguen ocurriendo casos como ese. Citó lo sucedido en Venezuela con Iñaki Etxeberria y resaltó la necesidad de «luchar y organizarse» para lograr victorias.
Asimismo, aseguró que Askapena seguirá llevando la solidaridad vasca a los pueblos del mundo para que consigan su libertad, pese a la criminalización. El acto finalizó con el “Eusko Gudariak” y ‘‘La Internacional”.
Los hechos, conocidos como la «masacre del Filtro» o «masacre de Jacinto Vera», en alusión al hospital y al barrio en que se produjeron las cargas, han quedado grabados en la memoria de los vascos y ayer se recordaron en las txosnas de Bilbo.
El acto convocado por el movimiento pro-amnistía levantó una gran expectación entre los medios de comunicación después de que durante la mañana se difundiera que había sido prohibido por la Ertzaintza. Sin embargo, el homenaje se realizó sin ningún tipo de problema. Los uniformados no hicieron acto de presencia.
La que sí asistió fue Norma Morroni, madre de uno de los fallecidos, y Manueltxo Goitia, uno de los refugiados vascos que se encontraban en huelga de hambre y sed junto con Luis Mari Lizarralde y Mikel Ibáñez, cuando ocurrieron los hechos.
Goitia rememoró los acontecimientos y calificó las movilizaciones de una «verdadera muestra de solidaridad y dignidad». Indicó que el apoyo del pueblo uruguayo se inició dos años antes tras la detención de una treintena de vascos residentes en el país sudamericano.
Según explicó, desde el primer momento la respuesta fue inmediata. Se organizó una comisión de familiares para dar ayuda humanitaria a los detenidos y los uruguayos pusieron en marcha otra comisión para exigir el reconocimiento de asilo.
Recordó que hacia octubre de 1993 dieron comienzo a la primera huelga de hambre por su puesta en libertad y que, al mismo tiempo, en su país de acogida iniciaron una campaña para que su excarcelación se produjera antes de navidades. Detalló que unas 200 familias se ofrecieron entonces para acogerlos en sus casas.
El refugiado añadió que el 11 de agosto de 1994 los tres únicos vascos que continuaban en prisión emprendieron la segunda huelga de hambre y el día 19 pasaron a la huelga de sed ante la inminencia de ser extraditados. Entonces, según dijo, fueron trasladados al Hospital Filtro y miles las personas acudieron a mostrarles su apoyo día y noche.
Al finalizar el repaso de los hechos, Goitia dio lectura a una carta enviada desde la prisión por la presa política vasca Agurtzane Delgado. Ella era una de la treintena de refugiados que fueron arrestados en Uruguay y quiso agradecer tanto la actitud del país sudamericano con las movilizaciones realizadas en defensa de los vascos como la actitud de la propia Norma Morroni al exigir reclamando justicia.
La carta finalizaba recordando las manifestaciones de Morroni frente al cuerpo sin vida de su hijo después de que la propia Delgado le preguntara si le parecía bien que entrara a darle el pésame en nombre de los refugiados vascos: «Ustedes no son los culpables, los culpables son los que le mataron. El estaba allí no sólo para defender el asilo para los vascos, sino también la dignidad nacional, y estoy orgu- llosa de mi hijo».
La madre no pudo contener la emoción tras el aurresku de honor que realizaron un grupo de dantzaris. Tomó la palabra para agradecer todo el cariño y apoyo recabado durante su estancia en Euskal Herria e hizo alusión a las madres de los presos políticos y los militantes fallecidos.
«Los que no están marcaron la historia y por eso no hay que olvidarlos, porque entonces será cuando están verdaderamente muertos», declaró tras insistir en que seguirá pidiendo justicia.
Lucha y organización
Morroni recibió varios obsequios por parte de comparseros de Txori Barrote y Askapeña. Desde el movi- miento internacionalista vasco añadieron que hace quince años Euskal Herria recibió el mayor ejemplo de solidaridad, pero que a día de hoy siguen ocurriendo casos como ese. Citó lo sucedido en Venezuela con Iñaki Etxeberria y resaltó la necesidad de «luchar y organizarse» para lograr victorias.
Asimismo, aseguró que Askapena seguirá llevando la solidaridad vasca a los pueblos del mundo para que consigan su libertad, pese a la criminalización. El acto finalizó con el “Eusko Gudariak” y ‘‘La Internacional”.
«Los vascos deben saber que tienen apoyo y no están solos»
VITORIA IAMBRUNO periodista uruguaya
Lleva tres años realizando un programa de radio en el que semana a semana analiza la actualidad vasca, y durante los últimos diez días ha acompañado a Morroni en su visita. Se va tras constatar el fortísimo nivel de represión, pero también «lo convencidos que están aquí».
¿Qué sensación le ha dejado su estancia en Euskal Herria?Al venir acompañando a Norma Morroni, nos hemos encontrado con muchas madres que han vivido la misma situación y el reconocimiento ha sido mutuo. Y es que, al final, siguen peleando porque el enemigo que les ha quitado a sus hijos es siempre el mismo. Asimismo, las sensaciones han sido muy fuertes. Es admirable la lucha de resistencia y lo convencidos que están aquí.
Han podido conocer de primera mano las prohibiciones de manifestaciones y las retiradas de fotografías de presos políticos, ¿qué opinión le merecen?
En el programa de radio que hacemos seguimos de cerca la actualidad vasca y conocíamos lo que estaba ocurriendo. Creo que con la guerra de las fotos la represión está llegando a un nivel muy elevado, pero hemos podido comprobar que la respuesta para recolocar los retratos es inmediata.
Fueron miles las personas que se movilizaron por los refugiados vascos. Pero, ¿como se ve desde Uruguay la situación vasca quince años después?
La solidaridad del pueblo uruguayo con los vascos existía antes de la masacre del Filtro y se mantiene, ya que la situación política aquí no ha cambiado. Los vascos deben saber que no están solos y tienen apoyo, son un ejemplo a seguir que admiramos con el alma. Ayudamos siempre que podemos recogiendo firmas, como hicimos hace unos meses en contra de la extradición de Iñaki Etxeberria desde Venezuela. M.A.