El consejero general y alcalde de Hiriburu, Alain Iriart, declaró ayer que los alcaldes de las tres mancomunidades de Lapurdi que se han mostrado contrarias al proyecto «continúan estando todos juntos» y añadió que «seguiremos trabajando con los colectivos a favor del medio ambiente, tendremos que pensar otro tipo de acciones para hacer llegar nuestro mensaje».

Tras la reunión que se celebró el miércoles entre los representantes del Estado francés, de la Red Ferroviaria de Francia, los electos de Ipar Euskal Herria y presidentes de diferentes instituciones se dieron a conocer nuevos datos sobre la futura construcción de la nueva línea.

Baiona contará con una estación para el TAV que se situará al lado de la actual. También se ha reducido el territorio para el trazado de la vía del ferrocarril, por lo que probablemente transcurrirá entre las localidades de Azkaine y Senpere en el sur de Lapurdi. También se ha definido con mayor claridad el lugar de tránsito en las localidades del norte como son Muguerre o Hiriburu. En lo que se refiere al proyecto, el electo de Hiriburu argumentó que «el tren todavía no está aquí y el dinero para financiarlo tampoco».

La razón principal para la creación de la nueva vía sigue siendo el tráfico de mercancías, ante lo cual Iriart dijo que «la RFF no se atreve a dar cifras sobre el tráfico internacional, tienen grandes dudas. ¿Entonces para qué la nueva línea?».

Túneles

A pesar de que los electos de las mancomunidades de Errobi, Sur de Lapurdi y Aturri-Errobi mantienen una lucha común contra la nueva línea, la oposición deja entrever algunas diferencias en lo que se refiere a sus posibles adecuaciones. Sobre la posibilidad de que la nueva línea pase bajo tierra si su construcción se impusiese, las opiniones difieren. El alcalde de Biriatu y presidente de la mancomunidad del Sur de Lapurdi, Michel Hiriart, declaró que «si la línea actual no fuese suficiente para acoger el tráfico previsto en los próximos años, la nueva línea debería de construirse con túneles».

Por el contrario, Alain Iriart dejó muy claro que «nosotros no creemos en los túneles, están tratando de difundir esa idea para dulcificar a los electos, pero por ejemplo en la zona del Aturri sería imposible y en Euskal Herria hay muchos desniveles en el relieve».

Ambos se mostraron de acuerdo con el estudio en el tráfico real de la actual línea porque es suficiente para el tráfico futuro. Alain Iriart detalló que hay que desconfiar de las cifras «al principio decían que la línea se saturaría en 2015 y ahora dicen que será en 2050».