El máximo responsable de la «lucha antiterrorista» y miembro de la familia real saudí sobrevivió ayer a un atentado suicida reivindicado por un grupo vinculado a Al-Qaeda.

Según la agencia SPA, el príncipe Mohammed bin Nayef, viceministro del Interior encargado de seguridad e hijo de quien se cree que será el próximo príncipe heredero, estaba hablando con unos ciudadanos ayer cuando un hombre se acercó y se inmoló.

El ataque es el primero que tiene directamente como objetivo a un miembro de la familia real saudí desde el inicio de la campaña de atentados de Al-Qaeda en 2003 contra la monarquía aliada de EEUU.

Como jefe de seguridad del reino, Mohammed bin Nayef ha recibido elogios del Gobierno por «el reciente éxito en controlar la violencia», lo que incluye el entrenamiento por fuerzas de seguridad occidentales y la rehabilitación del antiguos milicianos.

El kamikaze era un miliciano buscado que había insistido en un encuentro con el príncipe para anunciar que se entregaba a las autoridades, según SPA. La familia real saudí tiene la obligación de recibir a los visitantes durante el Ramadán.

Según SPA, el kamikaze, a quien no identifica, fue la única víctima. El ataque se produjo en la oficina privada del príncipe Mohammed bin Nayef en la ciudad de Yedda, en el mar Rojo.

Al-Qaeda en la Península Arábiga, brazo saudí de la red de Osama bin Laden, reivindicó la responsabilidad del ataque, según un mensaje colgado en una web islamista. La cadena Al-Arabiyah mostró al príncipe, aparentemente herido leve, reuniéndose posteriormente con el rey Abdullah.