La temporada del Centenario comienza hoy con el objetivo de llevar a la Real a la normalidad que le ha faltado en las últimas temporadas. Para ello es necesario presentar en los próximos días un convenio con sus acreedores que pueda ser aceptado para que en pocos meses logre salir de la Ley Concursal. Eso permitiría actuar con normalidad sin necesidad de que todas sus decisiones sean aprobadas por los administradores concursales.

A los clubes convenidos, como acreedores, se les presentaron esta semana diferentes opciones de propuesta del convenio y este proceso es importante. Todos tendrán que ceder una parte de lo que se les adeuda para cobrar el resto y para poder hacerlo en el futuro. Como los acreedores que van a votar el convenio son los mayores interesados en que la entidad tenga viabilidad, es de esperar que el proceso acabe de manera positiva. Pero también habrá que aprender la lección y no volver a cometer errores del pasado porque ni Kutxa ni Diputación pueden seguir pagando y perdonando millones con tanta alegría. Ni deben pagar los errores los que menos responsabilidad tienen, los trabajadores, los clubes convenidos y los distintos proveedores.

En materia deportiva, económica y social la normalidad para la Real pasa por estar en Primera el mayor número de temporadas posible. Por nivel de estructura, de respaldo social en forma de apoyo de abonados e instituciones y por la productividad de la cantera guipuzcoana, hay una base firme para ser un participante habitual en la máxima categoría. Ahí económicamente será más débil que otros clubes y su sino la mayoría de las temporadas será luchar por la permanencia. Cuando salgan las cosas mal volverá a bajar y en Segunda será más fuerte que otros clubes y volverá a subir.

Equipos con mucho mayor poder como Valencia, Atlético Madrid, Zaragoza, Sevilla o Betis han bajado y la clave está en no volverse locos porque los más fuertes vuelven siempre a Primera. Por eso, ni para intentar evitar el descenso ni para ascender se pueden cometer locuras. Tampoco es normal estar más de tres años en Segunda. El Racing lleva 15 de los últimos 16 en Primera y la Real no debe ser menos que el club cántabro. Para ello es necesario entrar en una fase de normalidad y lo más positivo de este verano es que se avanza en esa dirección.

La Real debe estar preparada para todas las hipótesis, con una estructura -principalmente en materia de jugadores- que no hipoteque al club, sin pagar traspasos, con contratos cortos que incluyan opciones, o largos que contemplen distintas cantidades en Primera o Segunda. Es bueno que la afición y los medios empiezan a asumir ya lo que es este club y qué es lo que deben hacer, porque desde ahí lo normal es que se vuelva a Primera enseguida y, a poder ser, que se consiga en este año especial.

Por eso el ambiente de este verano hay que valorarlo como muy positivo y lo incomprensible es que lo altere la torpeza de un vicepresidente de la Real que no puede aceptar una invitación personal del presidente del Athletic -por muy amigo que sea- para acompañarle en la expedición oficial a Noruega. Lo fundamental para que este club tenga normalidad es que se sanee económicamente y haya resultados deportivos, pero también que cada uno esté a la altura de su responsabilidad.