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«Plasmar el interior del ser humano es una lucha en esta época»

LeyreAGUIRRE I Compositora

El Ensemble Krater que dirige Iker Sánchez Silva estrena hoy en Donostia «Esquisse du mouvement», una de las primeras obras de la compositora Leyre Aguirre tras su bloqueo creativo. La velada, que verá también el estreno absoluto de «Al ocaso» de Félix Ibarrondo, clausura por este año el Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical.

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Mikel CHAMIZO |

La historia reciente de Leyre Aguirre es un tanto trágica. Hace dos años cayó enferma debido al inmenso trabajo y la excesiva presión a la que se veía sometida en su carrera de composición en Musikene. Tras muchos meses en los que ni siquiera podía enfrentarse al hecho de escuchar música, fue recuperándose y enfrentándose de nuevo a la vida y a la música, aunque desde una perspectiva muy diferente. «Esquisse du mouvement», que se estrena hoy en el Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical, es su primera obra tras el bloqueo creativo que ha sufrido y plasma los frustrantes sentimientos que experimentó durante los que fueron momentos realmente duros en su vida.

¿A qué hace referencia el título de «Esquisse du mouvement»?


El título significa esbozo del movimiento. Con las dos obras que hice antes de ésta, yo me encontraba en una situación de bloqueo para expresar, para expresarme interiormente. En esta obra el «movimiento» se refiere más al movimiento de las emociones, en este caso las mías. En ella hablo del subconsciente del ser humano, de emociones que nacen en un momento dado y que están ahí latentes durante muchos años o incluso toda la vida, hasta que un día de repente afloran, quizá porque estás más vulnerable.

¿Y cómo trata estas emociones? ¿Las analiza?

Analizarlas no. Cuando afloraron lo primero que yo sentí fue pánico, porque eran muy fuertes y me impedían vivir mi vida cotidiana. Tras el pánico, intenté comprender de dónde vienen esas emociones, descubrir que son muy antiguas, que me acompañan desde que era niña, y tratar de comprender por qué afloraron en aquel momento, por qué eran ese tipo de sentimientos y, en general, qué es lo que estaba pasando. Para ello tuve que adentrarme en mi vida, analizar lo que me había pasado, y poco a poco fui asimilándolo.

¿De qué tipo de emociones estamos hablando?


En este caso son todo infelices. Son cosas como la rabia, el miedo, la angustia, la desesperación, la soledad... ese tipo de emociones.

¿Cómo se trasladan esos sentimientos al plano musical?

A través de gestos musicales. La obra tiene gestos que son agresivos, incisivos. Trabajo también sobre la respiración, diferentes movimientos de respiración, entrecortada, a medias... En los instrumentos de viento utilizo sonidos con mucho aire para acercarme más a la respiración humana, y células rítmicas que sugieren una respiración entrecortada. En los de cuerda empleo diferentes formas de ataque, pizzicatos, y empleo mucho más el ritmo de lo que he solido hacerlo en otras obras. He querido experimentar.

¿Para qué instrumentos está escrita esta obra?

Para flauta, clarinete, violín, violonchelo y percusión, esta última con bastantes instrumentos diferentes. Me he adaptado un poco a la plantilla del Krater Ensemble, que además tiene también arpa y acordeón aunque yo no los utilice en esta obra.

Los compositores toman su inspiración de muchas cosas, desde ideas intelectuales, políticas o sociales, a la pura abstracción musical. Usted, sin embargo, en todas sus obras tiende a mirar a su interior. ¿Por qué es así?

Es una buena pregunta. Como me sale de forma natural no lo sé muy bien. Quizá sea porque en todo este tiempo ha sido un período de intentar conocerme a mí misma, con muchas dificultades con respecto al exterior, porque me cuesta mucho comunicarme con él. Yo creo que está en relación con eso.

¿No le da pánico el exponer lo más íntimo de su persona al público desconocido que vaya a escuchar su música?

No, no me da miedo. Me parece importante en nuestra época hablar de algo como el ser humano. Esto que yo he experimentado lo podemos experimentar todos en momentos de nuestra vida más o menos conscientemente. Me parece que en esta época en que se mira mucho el exterior de las personas y sólo se atiende a lo superficial de las cosas, para mí es como una lucha el plasmar lo que yo percibo y lo que yo entiendo del ser humano. Me parece muy importante viviendo entre tanta tecnología, vivimos tan deprisa que no nos paramos a sentir las cosas. Me parece importante luchar por ello. Luego también está el gusto. Personalmente me gustan las películas que hablan del ser humano y del inconsciente, como Bergman. Ese tema siempre ha sido una inquietud para mí.

¿Cuándo y cómo decidió que su medio de expresión había de ser la composición?

Lo decidí a los veintiún años, y fue porque me entró curiosidad e interés por saber qué querían decir las partituras. No tanto un interés en tocarlas sino en descubrir qué es lo que querían comunicar, y qué entresijos había ahí dentro. Quería encontrar lo que hay la partitura que hace que te atrape y te inspire como un buen libro, así que me apunté a contrapunto en el Conservatorio de Burdeos y ahí empezó todo. Luego está también mi carácter. No me gusta exponerme frente al público físicamente. Yo tocaba un instrumento que luego dejé, y siempre me aterrorizaba tocar delante de la gente. Creo que es algo que aún hoy no podría hacer. Mi carácter es de buscar lo interior, de reflexión, de pausa, de lentitud, que se adapta bien a lo que es componer.

Tengo la sensación de que, en su caso, el componer es para usted como una necesidad vital. Tanto el componer como el no hacerlo. Viviéndolo de una manera tan intensa, ¿se ha marcado algún objetivo en su carrera?

No, en absoluto. Compongo en relación a cómo me voy sintiendo. Sobre todo después del problema de salud, tengo mucho cuidado en no dejarme llevar, meterme otra vez de lleno en la música y no vivir otras cosas. No quiero volver a encerrarme. Ahora mismo no me he marcado proyectos. Tengo ganas de hacer cosas, pero más adelante. Me apetece trabajar con la danza, hacer algo audivisual y, sobre todo, buscar colaboraciones. No quiero trabajar tan sola, quiero hacerlo con otras personas.

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