Elecciones legislativas en japón
Japón se enfrenta a unos comicios que auguran «un cambio histórico»
Tras 54 años de gobierno casi ininterrumpido, el PLD se juega mañana el poder en una batalla en la que el opositor PDJ se presenta como favorito. Las promesas del líder opositor, Yukio Hatoyama, de sacar al país de la recesión y erradicar las desigualdades sociales, parecen haber saciado la necesidad de cambio de la población.
GARA |
Japón se enfrenta mañana a unas elecciones legislativas que se presentan históricas, ante un posible cambio en el escenario político del país. Según los sondeos, el opositor Partido Demócrata de Japón (PDJ), podría ganar de forma muy clara, arreba- tando el poder al Partido Liberal Demócrata (PLD), liderado por el actual primer ministro, Taro Aso, tras 54 años gobernando de forma casi ininterrumpida.
La principal causa de este posible cambio es el espectacular agravamiento de la situación económica mundial que hundió a Japón, segunda economía del planeta, en la peor recesión desde la segunda Guerra Mundial. Además, el fracaso de los intentos de Aso de reanimar la economía, han hecho que la popularidad del primer ministro haya caído en picado.
Promesas de cambio
Más alla de la alternancia política, es un verdadero cambio social lo que la mayoría de japoneses, impacientes ante el incre- mento del desempleo, la precariedad, la reducción demográfica y el envejecimiento de la población, parece reclamar. Por ello, las promesas del líder opositor, Yukio Hatoyama, que se empeña en mostrarse más cercano al ciudadano de a pie, parecen haber calado hondo en la población.
Hatoyama, de 62 años, que proviene de una rica dinastía de políticos, comparada por algunos con los Kennedy rompió con su familia política en 1993, dejando el PLD para fundar tres años más tarde el PDJ.
El lider del PDJ promete acabar con el monopolio de los burócratas en la Administración y la vida política en Japón, reducir los derroches de dinero público y redistribuir la renta nacional en dirección de las zonas rurales y en favor de los más pobres. Palabras que han endulzado los oídos de la población.
Otra de las medidas que contempla llevar a cabo Hatoyama, es la de limitar la dependecia respecto a EEUU y recuperar su papel en Asia. Hoy en día hay un total de 47.000 soldados estadounidenses en Japón, presencia que cuesta a Tokio miles de millones de dólares al año y que Hatoyama pretende cambiar, reduciendo el número de militares a medio y largo plazo.
Difícil situación económica
Sin embargo, la realidad es que el ganador de los próximos comicios, tendrá que compatibilizar sus promesas con la complicada situación económica del país. Por un lado está el grave problema de la deuda estatal que va en aumento y representa el 180% de su PIB, algo que, según advirtió el Fondo Monetario Internacional, podría poner freno a las propuestas de ambos candidatos.
Asimismo, los datos que sitúan a la tasa de paro en un 5,4%, a sólo dos décimas de convertirse en el peor índice de la posguerra, no ayudan a mejorar la situación. Es precisamente el aumento del desempleo lo que ha animado a la juventud, que acusa a los políticos de borrarlos de sus agendas, a participar en la elecciones.
En definitiva, aunque está por ver hasta que punto prosperarán las promesas de la oposición, está claro que tras 54 de continuismo, la ciudadanía nipona busca un cambio de rumbo que parece ser espera que llegue de la mano Hatoyama.
El desequilibrio ha sido una de las características de la trayectoria del Partido Liberal Demócrata (PLD) durante los últimos tres años. Prueba de ello es que, desde 2007, el PLD ha designado a tres primeros ministros, sin que ninguno de ellos haya sido capaz de poner freno a la decadencia del partido. La formación conservadora está de capa caída desde el abandono, en 2006, del popular primer ministro Junichiro Koizumi.
Taro Aso, al frente del PLD en la actualidad, paga hoy las consecuencias de las reformas liberales acometidas por el antiguo primer ministro, que empeoran las disparidades y aceleran la decadencia de un partido acusado de estar más cerca del gran patronato que de los simples ciudadanos.
En un intento por recuperar su posición de favorito, Aso ha aprobado tres reformas presupuestarias para reactivar la economía, medida en la que la gran mayoría de la población sólo ve la ambición de mantenerse en el poder.
Aso lo tiene claro y afirma que sólo el PLD, partido que transformó el país en la segunda potencia económica mundial, ha demostrado que puede gobernar Japón. No obstante, admitió la existencia de un descontento popular. «Hemos fracaso en explicar las virtudes del conservadurismo» reconoció. GARA