Las muestras de apoyo a los presos no cesan pese a las continuas amenazas
Tras la oleada de amenazas del Ejecutivo de Lakua y el español para intentar silenciar las muestras de apoyo a los presos y exiliados políticos vascos, ayer, una vez más, cientos de personas volvieron a salir a la calle en defensa de los derechos de los vascos encarcelados.GARA |
A diferencia del resto de las movilizaciones de apoyo a los presos que se llevan a cabo desde hace años por toda la geografía vasca, ayer las fotografías fueron cambiadas por siluetas o símbolos que apelaban a la libertad de expresión. Las miles de personas que una vez más salieron a mostrar su cariño hacia los presos políticos demostraron que el objetivo de exterminar esta realidad resulta baldío.
Por otro lado, en una nota remitida a GARA, desde hace dos semanas la Policía española está irrumpiendo en las concentraciones por los presos de Burlata, donde varios vecinos se reúnen todos los jueves en el Unzu -calle mayor del municipio-.
El pasado 20 de agosto dos furgonetas de la Policía española se personaron en el Unzu identificando a las alrededor de 50 personas que se encontraban allí. Anteayer, otras dos furgonetas volvieron a aparecer pese a que en la concentración no se mostraba fotografía alguna -los asistentes portaban petos con el mapa de la dispersión-.
En el momento que aparecieron los policías, algunas personas abandonaron el lugar y varios agentes salieron corriendo tras ellas, mientras los demás eran identificados. Poco más tarde, las furgonetas cerraron el tránsito de la calle a la altura de la peña Aldabea e identificaron a todos los allí presentes.
Notoria presencia policial
Como cada último viernes de mes fueron decenas las concentraciones en favor de los derechos de los presos políticos vascos que sacudieron la geografía vasca. Aunque no se registraron incidentes, la presencia policial fue notoria en varias localidades. En Elgoibar y Orereta -donde también realizaron un homenaje los gudaris Gude, Maite, Rafa y Arrantzale-, por ejemplo, los concentrados fueron grabados en video.
En Lekeitio fueron 170 los vecinos que se dieron cita; 36 en Iurreta y 35 en Mundaka, Zumaia y Bermeo. Medio centenar de personas se congregaron en Zaldibia, Orio y Lazkao; 70 eran en Aulesti, 15 en Alegia y 20 en Ustaritze. 161 vecinos acudieron a la cita de Ondarroa y 21 Zaldibar; 20 fueron Erromo, al igual que en Irurtzun. En Irun se movilizaron 150 y 110 en Durango; 60 en Arbizu; 42 en Portugalete; 28 en Orduña; 32 en Lesaka; 56 en Larrabetzu; 45 en Deba, como en Bakio; 48 personas se reunieron en Azpeitia; 23 en Zeberio; 80 en Galdakao; 65 en Gernika.
En la capital navarra se reunieron 270, mientras que en la vizcaina 90 ante Sabin Etxea y 120 ante Arriaga. En Zaia, Orereta y Bera fueron 20. 17 en Aramaio, 25 en Munitibar, 30 en Busturia, 560 en Gasteiz y 13 en el municipio alavés de Murgia.
En Elgoibar fueron 80 personas, 16 en Anoeta, 63 en Urretxu-Zumarraga -allí mostraron fotografías pero con unas pegatinas por encima que decían «censurados»-, 25 en Berango, 49 en Lizartza, 150 en Zarautz, 275 en Hernani, 79 en Etxarri-Aranatz, 80 en Tolosa, 62 en Abadiño y 30 en Elizondo.
Topaseko (Salamanca) kartzelan bakartze zigorra betetzen dauden preso politikoek borrokaldian jarraitzen dute, azkenaldian beren bizi baldintzak murriztu dituztela salatzeko.
Gainera, inongo azalpenik eman gabe, jaso ohi duten gutun eta pakete kopurua ere murriztu egin diete. Lehen jaso zezaketen gutun kopurua mugagabea zen; orain, ostera, astean bi eskutitz besterik ez ditzakete jaso. Patioan egoteko orduak ere murriztu eta ikastaroak eta ikasketak egiteko aukera ere debekatu diete. AAMren ustez, kanpotik presioa egitea «ezinbestekoa» da eta zuzendaritzari eskutitzak bidaltzen hasi dira kendutako eskubideak berreskura ditzaten. Villeneuve-ko espetxean baraualdia egin dute preso batek Valdemoron kartzelero baten esku pairatu zituen jipoiak salatzeko. GARA
Como cada último viernes de mes, cientos de ciudadanos salieron a la calle para reclamar la repatriación de los presos y exiliados vascos. Ayer, en lugar de fotografías se mostraron siluetas y símbolos apelando a la libertad de expresión.