Crónica | Salud laboral
Trabajar con seguridad en el subsector ganadero es esencial para evitar daños
Las organizaciones agrarias editan diferentes manuales para la prevención de riesgos laborales, ya que se sabe que los riesgos que soportan los trabajadores del sector primario son elevados. Por eso, se fijan una serie de pautas de limpieza y de actuación para evitar que ese trabajo no se convierta en un riesgo añadido para la salud de los ganaderos.
Juanjo BASTERRA
El sector primario en la Unión Europea se encuentra entre los que generan más riesgos laborales para los agricultores, ganaderos y pescadores, porque desarrolla numerosos trabajos repetitivos, posturas forzadas, contacto con productos químicos y problemas con las temperaturas, además de accidentes de trabajo.
En este caso nos vamos a centrar en el trabajador de la ganadería, un subsector que en Euskal Herria tiene problemas de subsistencia, sobre todo, en el sector lácteo. Las organizaciones agrarias han editado diferentes manuales del comportamiento preventivo. Destacamos algunos de ellos, ya que los principales riesgos que padecen los ganaderos son los sobreesfuerzos en el manejo de los animales de gran envergadura, el aprisionamiento y aplastamiento por el animal, los coches, pisotones, patadas y golpes. Para llevar adelante una prevención de riesgos adecuada hay que seguir una serie de recomendaciones que aparecen en los diferentes manuales.
El trabajo en este sector, en una gran parte, se hace en solitario, por lo que esta situación genera un incremento del riesgo. «Trabajar solo implica que en caso de sufrir un accidente no sea fácil que alguien te auxilie, por eso cuando debes prever que vas a estar sólo durante mucho tiempo o las tareas que vayas a realizar supongan exponerte a determinados riesgos. Destacaremos una serie de ellos como la utilización adecuada de calzado resistente, control de los animales y desde luego no se debe confiar aunque parezcan tranquilos, se debe sustituir a los ejemplares más peligrosos y, sobre todo, el ganadero debe tener en cuenta que «el comportamiento de cada animal es imprevisible». También se debe extremar la cautela con los animales «que no estén acostumbrados a la presencia de humanos o que lleven largos períodos sueltos». Otra regla fundamental es que hay que acercarse a los animales «sin infundirles temor ni amenaza». Si un ganadero está conduciendo ganado por corredores y pasillos, «hay que ir tras ellos siempre», mientras que si el ganado va en grupo, se debe ir en un lateral. Otro detalle muy importante es que el animal «en los períodos de celo y los posteriores a los partos suele estar más excitados y agresivos», por lo que las medidas de precaución deben atenderse y cumplirse.
No quedarse solo
Una actuación fundamental se debe llevar a cabo cuando se realice el trabajo en solitario. Es frecuente en la ganadería quedarse solo. Esa situación implica que en caso de sufrir un accidente «no haya quien te auxilie o ayude». Por eso, habría que tener en cuenta tres elementos fundamentales: llevar un teléfono móvil, que permita pedir ayuda en caso de necesidad. En segundo lugar, cada ganadero o trabajador del sector, debería informase con precisión de las situaciones de emergencia que podrían producirse. Como tercer elemento fundamental se debe subrayar que en caso de que se vaya a realizar tareas que entrañen un especial peligro «siempre tiene que haber alguien que te acompañe».
En ganadería, como en el resto del sector primario, los productos químicos se emplean con cierta frecuencia. Por eso, las guías de las organizaciones agrarias concluyen que antes de cualquier aplicación de medicamentos y productos zoosanitarios se debe «tener, primero, un asesoramiento de un veterinario», pero se deben elegir los productos «menos tóxicos».
En este caso, «cada vez que se va a a realizar un tratamiento zoosanitario se debe poner guantes, buzo, botas y mascarilla». Se deben respetar las normas de aplacación y los plazos de seguridad que el fabricante establezca.
Al término de la jornada, tras la aplicación de esos productos químicos, el ganadero deberá ducharse y lavar la ropa. Ambas actuaciones son fundamentales. En estos momentos las patologías más numerosas se producen porque no se tiene en cuenta ese proceso de higiene individual, como indican desde el Instituto estatal de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Pero, además, se deben conservar los justificantes de los productos, sean recetas médicas o de tratamiento, «porque hay que justificar la adquisición, posesión y administración de medicamentos veterinarios», como indican las normas preventivas.