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Cientos de personas denuncian el acoso de la Ertzaintza en Ibarra

Bajo la permanente vigilancia de los agentes de la Ertzaintza, cientos de personas se manifestaron ayer por las calles de Ibarra para protestar por los hechos ocurridos la noche del jueves cuando Maite Aranalde llegaba tras salir de prisión. El silencio que reinó durante toda la marcha se rompió con un efusiva ovación que resonó durante varios minutos. Los aplausos se convirtieron en mensajes de protesta por lo ocurrido y de apoyo a la joven Aranalde.

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Janire ARRONDO

Las palabras se transformaron en aplausos ayer en Ibarra. Ésa fue la fórmula que los allí congregados emplearon para protestar por lo ocurrido en estos últimos días en la localidad y para mostrar su apoyo a Maite Aranalde y a los tres imputados de «enaltecimiento al terrorismo» por saludarla a su llegada al pueblo.

Bajo el lema «Utzi pakean Ibarra», la manifestación recorrió las calles de la localidad guipuzcoana en silencio por la tarde. De este modo, sin corear lemas ni lanzar gritos, medio millar de personas consiguieron llevar a cabo la protesta en tranquilidad, aunque la presencia de la Ertzaintza, que tomó las calles del pueblo mucho antes de la hora de inicio de la protesta, hacía temer que se repitieran los incidentes.

Uniéndose al llamamiento que hicieron el sábado decenas de vecinos de Ibarra, los manifestantes mostraron su «enfado e indignación» por lo ocurrido el pasado jueves cuando Maite Aranalde llegaba a su pueblo después de recuperar la libertad al salir de la prisión madrileña de Soto del Real.

Gran expectación

Desde bastante antes de las seis de la tarde, hora a la que estaba prevista que se iniciara la movilización, varias dotaciones de la Ertzaintza merodeaban por las calles de Ibarra. Poco a poco, tanto los vecinos del pueblo como la gente que llegaba desde otras localidades se iban agrupando en la plaza mientras los agentes de la Policía autonómica tomaban posiciones en los alrededores.

No había llegado ninguna prohibición que impidiera celebrar la marcha, aunque la fuerte presencia policial hacía pensar que en cualquier momento se dispondría a dispersar a a los manifestantes.

La expectación mediática que está teniendo la liberación de Aranalde tras ser extraditada por el Estado francés y los hechos ocurridos la noche del jueves también era palpable ayer, ya que fueron decenas los medios que acudieron a la pequeña localidad a cubrir el acto. Antes del inicio de la marcha, algunos vecinos se quejaban ante los periodistas por «distorsionar» los hechos.

En esta situación, un joven, haciendo uso de un megáfono, instó a los manifestantes a realizar la marcha en silencio. «De esta forma no caeremos en provocaciones», explicaba haciendo referencia a los agentes que se encontraban en la plaza armados con gran cantidad de material antidisturbios.

La manifestación arrancó desde la plaza del ayuntamiento. Al concluir el recorrido, los manifestantes volvieron al mismo lugar y entoncés se vivió algún momento de tensión cuando los ertzainas que se encontraban allí se rozaron con un tío de Maite Aranalde que portaba la pancarta y que resultó herido en un brazo en los incidentes del jueves.

El silencio que reinó durante la marcha se rompió con un efusivo aplauso que se prolongó varios minutos. Así, aunque los manifestantes optaron por el silencio, ayer fue inevitable escuchar el mensaje de denuncia por la actuación policial del jueves y de apoyo a Aranalde.

Persecución policial

Por otro lado, en Laudio tres personas han sido imputadas por la Audiencia Nacional española acusadas de «enaltecer el terrorismo» cuando participaban en una kalejira a favor de los presos políticos vascos. Según relataron testigos a GARA, la Ertzaintza entró en el recinto festivo y procedió a identificar a tres personas que llevaban pegatinas a favor de la repatriación de los presos.

En Donostia, la Ertzaintza irrumpió ayer en la sociedad AmaikaBat de la calle 31 de Agosto alegando que habían recibido una llamada que alertaba sobre un homenaje a un preso en aquel lugar. Al parecer, en la sociedad celebraban con una charanga las fiestas de esta calle de Alde Zaharra.

provocaciones

Los manifestantes utilizaron el silencio para hacer resonar su protesta. De esta forma quisieron evitar «caer en provocaciones».

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