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Igor Urrutikoetxea Secretario de Relaciones Internacionales de LAB

Nueva Caledonia: represión sindical jacobina

El Estado francés, al más puro estilo jacobino, ha puesto toda su maquinaria en marcha para evitar que, ante el referéndum que podría celebrarse en 2014, la opción independentista salga vencedora

Kanakia, tal y como prefieren denominar los ciudadanos kanakos a su tierra, es uno de los muchos archipiélagos de Oceanía, situado en el Océano Pacífico, a 20.000 kilómetros del París continental de Sarkozy.

No obstante, estas pequeñas islas que suman 19.100 kilómetros cuadrados, a pesar de ser uno de los 16 territorios supervisados por el Comité de Descolonización de la ONU, siguen formando parte de la República Francesa de forma totalmente anacrónica. Su población ha pasado de los 196.000 habitantes censados en 1996 a más de 250.000 en la actualidad (algunos datos indican que podrían ser hasta 300.000). Este incremento de población se ha debido fundamentalmente a la llegada de franceses, impulsada por incentivos de todo tipo por los sucesivos gobiernos de la República, especialmente desde que se firmasen en 1988 los Acuerdos de Matignon, que entre otras cosas prevén un referéndum acerca de la independencia en principio para 2014. El incremento de población ha hecho que la población melanesia autóctona sea en estos momentos minoritaria (44% del total).

La actividad económica en Nueva Caledonia, tal y como la llamó James Cook en 1774 al «descubrirla» para el mundo occidental, tiene como actividades económicas principales la industria y los sectores primarios, en especial la exportación de níquel. Una cuarta parte de la población vive en la pobreza.

Hoy día Kanakia goza del estatus oficial de «colectividad sui generis», otorgado por París, que la sitúa a medio camino entre un territorio independiente y la categoría de «territorio de Ultramar» que tienen otras colonias del Estado francés, como Martinica, Guadalupe o la parte de la Guayana mal llamada «francesa». Debido a esta especial calificación, en Kanakia hay un Congreso territorial que goza de determinadas competencias, si bien las esenciales están en manos de la metrópoli. En la actualidad en el citado Congreso hay 24 electos independentistas de diversos partidos de un total de 54 congresistas.

El Estado francés, al más puro estilo jacobino, ha puesto toda su maquinaria en marcha para evitar que, ante el referéndum que podría celebrarse en 2014, la opción independentista salga vencedora. Entre estas medidas está la llegada masiva e incentivada de ciudadanos de la Francia continental a Kanakia, la desinformación mediática cuyo mensaje se centra fundamentalmente en que el bienestar económico de Kanakia depende de su pertenencia a Francia, y el despliegue de la maquinaria represiva contra los sectores más activos y concienciados del independentismo kanako, entre los que destaca el sindicato USTKE.

USTKE, segundo sindicato más representativo de Kanakia, impulsó la creación en 2007 del Parti Travailliste Kanaky, como respuesta a la apatía y acomodamiento que demostraban determinados sectores nacionalistas kanakos, cómodamente instalados en las migajas institucionales otorgadas por el Estado francés. Además de transmitir un claro mensaje independentista, el sindicalismo de USTKE, que pertenece al igual que LAB a la Plataforma de Sindicatos de Naciones sin Estado, es sumamente combativo y pivota en la movilización y la acción directa.

Por todo ello, en una cruzada contra el sindicalismo reivindicativo sin precedentes en el Estado francés, USTKE está en el punto de mira represivo del Gobierno jacobino de Sarkozy. El último capítulo de esta escalada represiva ha sido la sentencia del pasado 29 de junio y el encarcelamiento posterior de Gerard Jodar, presidente de USTKE, y de otros 7 compañeros para cumplir condenas que van de seis meses a un año de cárcel, en el caso de Gerard y otro compañero.

¿Los hechos que se les imputa? «Impedir el despegue de un avión». La realidad es que las y los trabajadores de Air Caledonia llevaban tres meses en lucha contra los despidos abusivos de la compañía. Ésta se negó a negociar y USTKE convocó a finales de mayo una protesta en el aeropuerto. La Policía reprimió duramente a los manifestantes, los cuales, huyendo de los gases lacrimógenos, fueron a refugiarse en el área de los aviones. A raíz de esto, se desplegó una nueva campaña judicial contra USTKE que ha desembocado en las condenas señaladas, a todas luces injustas, desproporcionadas y de claro sesgo político.

El pasado martes, 25 de agosto, la «justicia» francesa volvió a reafirmarse en tamaña injusticia y resolvió mantener en prisión a Gerard y sus compañeros, haciendo oídos sordos a las abundantes peticiones de liberación realizadas por multitud de sindicatos, partidos políticos y agentes sociales de Kanakia, del Estado francés y del mundo entero. Asimismo, las movilizaciones están siendo diversas; la última manifestación, el pasado 22 de agosto, reunió a miles de personas en las calles de Noumea, capital de Kanakia.

Desde LAB, que ha participado en varias de las movilizaciones, exigimos una vez más la puesta en libertad de los sindicalistas encarcelados y el cese de la represión por parte del Estado francés, también en Kanakia. Asimismo, llamamos a las y los trabajadores vascos a solidarizarse con los compañeros represaliados de USTKE informando y denunciando esta situación: ¡No al colonialismo jacobino de Sarkozy!

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