Se nos caen las leyendas. Se nos desmoronan los mitos. La Sociedad Europea de Cardiología acaba de anunciar que no es recomendable la ingesta de una aspirina diaria como método preventivo de accidentes cardiovasculares. Es decir, aquellos que hemos estado provocándonos estragos en nuestro estómago con la intención de prevenir males mayores, nos quedamos con los efectos secundarios y sin remedio. No ha servido de nada. Era, al parecer, una acción magnífica de mercadotecnia. Una campaña publicitaria y de consumo con miles de cómplices con bata blanca los famosos galenos que seguramente, de buena fe, seguían los consejos que emanaban de la farmacéutica más global y globalizante del planeta, la fabricante de esa marca de principio activo del ácido acetil salicílico.

Este caso de la aspirina abunda en una suerte de resabio popular que hace desconfiar de las verdades médicas absolutas. Forma parte de un conjunto de asertos populares que convierten a ciertos productos en algo casi milagroso. Cualquier cosa se podía curar con un aspirina, y con la cafiaspirina se cogían unos colocones tremendos. Se trata de un producto que se puede encontrar en los botiquines de la inmensa mayoría de hogares y hasta corría un chiste hace unos años, quizás incorrecto en estos momentos que decían que también podía servir de anticonceptivo. Consistía en asegurar que si la mujer sostenía un aspirina entre las dos rodillas sin que se le cayera era muy probable que no quedara embarazada.

Pero bromas de mal gusto a parte, que durante tantas décadas se haya instalado en el ideario médico y popular de que la toma de una aspirina como un acto preventivo contra el infarto y que ahora los propios cardiólogos digan lo contrario nos coloca ante la impotencia. ¿A quién creer? ¿No se está rompiendo la cadena de confianza necesaria para que los consejos médicos se cumplan? Y para ponernos al día ¿qué nos ocultan de la gripe A? Por cierto ¿por qué han tardado tanto los cardiólogos en desmentir el uso milagroso de la aspirina? Yo he visto por la televisión recomendaciones médicas y de especialistas de esta índole hace muy poco. No jueguen con nuestra salud.