Gloria Rekarte ex presa
Una buena foto
No beses. No des la mano. Di hola». Eran las pintorescas recomendaciones que para evitarnos el contagio de la gripe de moda se estamparon en una pancarta de considerables dimensiones. La firmaba el Colegio Oficial de Médicos de Madrid. En Euskal Herria, las advertencias son otras: «No beses. No des la mano. No digas ni hola. O te doy una tunda que te enteras y te mando p'a la Audiencia, so etarra. Que el cariño ni se compra ni se vende pero lo prohibimos, que es lo único que nos quedaba por prohibir». Lo firman los demócratas del cambio. Se han fijado como objetivo prioritario terminar con la solidaridad hacia el colectivo de presas y presos políticos vascos; siempre, por supuesto, con la democracia en la mano. Tras la excarcelación de Maite Aranalde, la Ertzaintza democratizó a todos los que le saludaron en general y a tres de sus allegados muy en particular.
No escatimarán recursos. A la retirada de las fotos de las y los prisioneros de bares y locales se suma la llamada de Ares al boicot a estos establecimientos, por lo que se ve hasta ahora tan felices, sin mayor molestia que los sucesivos registros policiales, los varios ataques sufridos, y algún que otro demócrata en el comprensible, nunca vandálico, acto de destrozarlo a martillazos. A la llamada de Ares, establecimientos, coches, y monolitos en recuerdo de los asesinados en el 36 amanecieron luciendo amenazas de muerte, apología del genocidio franquista, vivas a los cuneteros y firmas de la Falange. Y amanecieron mudos y mansos los que dos días atrás se desgañitaban por una colilla en un contenedor. Se llevan las fotos y nos cuelgan en la puerta la mejor, la más definida, la más nítida, de la democracia española.