Hablan de libertad y convivencia cuando en realidad quieren decir represión y exclusión
El anuncio por parte de Miguel Sanz de que UPN y PSN van a ahondar en su estrategia de exclusión de una parte importante de la ciudadanía navarra ya no genera sorpresa, pero muestra hasta dónde llega la obsesión de la clase dirigente de Nafarroa por imponer su modelo político y social. Sanz considera necesario un «gran pacto político y social en favor de la libertad, la convivencia y la democracia». A lo que en realidad se refiere es a un concilio entre poderes para empujar a la marginación, la exclusión y si es necesario la cárcel a aquellos que no comulgan con su visión política.
Frente a ello la oposición aparece dividida y, por lo tanto, neutralizada. Una oposición que teóricamente va desde quienes perdieron en el último congreso del PSN hasta la izquierda abertzale, pasando por los grupos que componen Nafarroa Bai, pero que a efectos prácticos se limita a la disidencia vasca, a quienes el pacto sitúa en su punto de mira. De hecho, uno de los objetivos del pacto es eliminar de raíz la posibilidad de una oposición estigmatizando a esa disidencia. Si el resto de fuerzas asumen esta doctrina no podrán decir nada cuando el pacto se dirija contra ellas. Ése es el primer cambio a dar ahora.