Entre enero y julio de 2009, los gobiernos de Gasteiz, de Iruñea y de Madrid han dado luz verde a 2.215 expedientes de regulación de empleo (ERE), un 191% más que durante todo el año pasado, y han afectado de forma directa a un total de 70.682 trabajadores de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

Es un récord histórico, ya que en 1994, durante la anterior crisis económica importante que atravesó Hego Euskal Herria, los implicados por expedientes sumaron 62.025 trabajadores en un año, aunque entonces se aprobaron expedientes de extinción de empleo por un total de 11.604 trabajadores. Es la principal diferencia con la actual crisis económica. Sin embargo, durante los siete meses de este año, además, se han perdido ya 3.427 puestos de trabajo, lo que supone un 12,84% más que en todo el año 2008. Es, en términos cuantitativos, como si de la noche a la mañana cerraran la planta de Mercedes Benz en Gasteiz o la de Volkswagen en Iruñea. Si así fuera, a nadie se le escapa que el problema social, económico y fiscal tendría una magnitud relevante.

En el caso de los ERE ocurre que el goteo es incesante y no de golpe, lo que parece que mitiga la pérdida de empleo o esas salidas que los empresarios pactan en la mayoría de los casos con los representantes de los trabajadores. Ocurre, por otro lado, que la salida a la crisis de mediados de los años noventa del siglo pasado, fue aprovechada por los empresarios para desregular las condiciones de trabajo, precarizar más el empleo, que es lo que les está sirviendo en este momento para evitar costes directos para sus bolsillos, y crear dobles y triples escalas salariales en las empresas con el fin de que los nuevos empleados entraron en puestos de trabajo más baratos.

196% más que en 2008

Los 70.782 trabajadores afectados por expedientes de regulación son un 196,57% más que los afectados por ERE durante todo el año pasado, lo que pone de manifiesto que los empresarios han preferido cargar sobre las arcas públicas el coste de una parte importante de los salarios de los trabajadores. Según el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Lakua, se está produciendo una «tendencia a la baja» en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa entre los afectados por los expedientes de regulación, aunque en el conjunto de Hego Euskal Herria se han visto afectados 333 trabajadores cada uno de los 212 días de los siete meses de 2009.

Los datos de julio del Gobierno de Lakua indican que de los 234 expedientes autorizados, «veinticuatro menos que en junio», 208 fueron por acuerdo y 26 sin acuerdo. La Dirección de Trabajo del Ejecutivo de Patxi López denegó 7 expedientes, cinco más que en junio. En Nafarroa, de los 479 expedientes, que han concurrido entre enero y julio, sólo cinco no fueron autorizados y sí desistieron 17. Es cierto que por encima del 85% de los expedientes de regulación que se aprueban van con el visto bueno de los comités de empresa e, incluso, de los trabajadores. Entre otras razones esto es así porque los empresarios ponen encima de la mesa dos salidas: los despidos y el cierre de la empresa o los expedientes de suspensión temporal de empleo, como mal menor, por lo que los trabajadores se ven abocados a dar ese paso.

Caso de Bilboestiba

Es lo que, por ejemplo, está ocurriendo en la empresa Bilboestiba, que ha anunciado que reducirá su plantilla de estibadores si no aceptan un expediente de regulación de empleo. La sociedad que opera en las instalaciones de la Autoridad Portuaria aduce que se ha reducido la actividad en un 35%, por lo que ve necesario un ERE para los 274 trabajadores.

Además, los representantes de los trabajadores han criticado el proceso, dado que además del expediente de regulación la dirección de Bilboestiba prevé que los trabajadores realicen una aportación económica temporal en caso de que no se alcance el objetivo de un número mínimo de jornadas mensuales en la actividad portuaria. La compañía cifra ese número en 4.400 jornadas al mes.

También hay que añadir la marcha de 142 trabajadores de Cegasa, que aceptaron un segundo expediente de regulación. Esta empresa dedicada a la fabricación de pilas está inmersa en un expediente que afecta a 203 de los 360 empleos.

La siderúrgica Nervacero, que pertenece al grupo Celsa, también llevará adelante un ERE, que supone la suspensión de empleo a 437 de sus 572 trabajadores. Otros 95 se encuentran en un proceso parcial de jubilaciones. Las previsiones que ha remitido la compañía indican que sólo puede mantener la actividad en Trapaga 16 de los 30 días para fabricar 12.000 toneladas al mes de laminados, una quinta parte de la producción actual. No obstante, desde el comité de empresa temen que este grupo pretende concentrar su producción en la factoría de Barcelona, por lo que el futuro de la planta vizcaina es incierto.

Otro expediente importante se encuentra en la empresa navarra Construcciones Metálicas Comansa, que ha iniciado un proceso de despido de 90 trabajadores, un tercio de la plantilla.

Mercedes Benz planteó ayer a los sindicatos la aplicación de un segundo ERE de suspensión temporal de contratos durante 70 días en la planta de Gasteiz, que afectaría a 2.874 empleados, y de 50 días para 126 operarios de la fábrica de Barcelona.

Del mismo quedarían exentos los mayores de 53 años, entraría en vigor en noviembre, cuando concluye el actual, con la intención de prorrogarlo hasta el 30 de junio de 2010.

En este contexto, sólo Bridgestone ha retirado un expediente, porque ha mejorado la producción de neumáticos en Basauri, aunque lo mantiene en la planta de Usansolo.