El nivel de contaminantes volátiles en bares supera en 20 veces al del exterior
Una tesis doctoral sobre contaminación de compuestos volátiles en Nafarroa revela que en el interior de los locales hosteleros los niveles superan en veinte veces el nivel contaminante del exterior.
GARA
«Hemos querido saber cuánta contaminación provocan los compuestos orgánicos volátiles (COV), ya que muchos de ellos presentan propiedades tóxicas y cancerígenas, e influyen en importantes problemas ambientales como la formación de ozono troposférico o el calentamiento global», explica Asun Parra Villaro, química investigadora de la Universidad de Navarra y autora de la investigación.
Su estudio, desarrollado en el Laboratorio Integrado de Calidad Ambiental del departamento de Química y Edafología bajo la dirección del profesor Jesús Miguel Santamaría, viene a aumentar el conocimiento sobre los niveles de contaminación en Nafarroa.
El proyecto, que ha formado parte de su tesis doctoral, se dividió en cuatro fases. La primera, en la comarca de Erribera, duró seis meses, y en ella se analizaron e interpretaron las distribuciones espaciales y temporales de las concentraciones de COV, dióxido de nitrógeno y ozono.
Emisiones en zonas agrícolas
«Los resultados en esta zona eminentemente agrícola confirmaron que las emisiones del tráfico, y en menor grado las de los complejos industriales, eran las principales fuentes de contaminación. Dato que debe tenerse en cuenta por su posible influencia en los cultivos y en la pérdida de su productividad», explica la nueva doctora.
El segundo trabajo tuvo lugar en Iruñea, donde los niveles más altos de contaminantes -benceno, tolueno y NO2- se registraron en las calles de mayor tráfico. Allí, Parra realizó simulaciones por ordenador para estudiar la dispersión de estas sustancias en una zona reducida, el segundo ensanche, cuyos resultados han servido para explicar cómo se acumulan los contaminantes en las calles más estrechas.
Bares y autobuses
«También nos ha permitido diseñar nuevas estrategias de mejora de la calidad del aire basadas en la reorganización del tráfico -reconducir los coches hacia calles más amplias y de menor tráfico-. Con esta medida las concentraciones podrían bajar en torno a un 28%, y se podría aplicar en zonas más extensas de la ciudad», explica esta investigadora.
Respecto a la pureza del aire en recintos cerrados, bares y cafeterías, la investigación -se controló una treintena de establecimientos- ha desvelado que la concentración de contaminantes en estos locales es 20 veces superior a la del exterior. La causa se encontraría en el humo del tabaco, los productos de limpieza, los ambientadores, las pinturas y la entrada de contaminantes externos. Los bares de fumadores tenían cuatro veces más índice de benzeno.
«En el caso de los autobuses urbanos, descubrimos que el aire era de menor calidad en las rutas más céntricas durante las horas punta. Sin embargo, los pasajeros que sufren mayores exposiciones son los de las rutas periféricas, ya que su viaje, en general, dura más», concluye la investigadora.