La defensa de las coronas del Abierto de Estados Unidos del suizo Roger Federer en el cuadro masculino y de la estadounidense Serena Williams en el torneo femenino transcurrieron con sosiego en la jornada de apertura, en la que la flamenca Clijsters acaparó para sí las emociones en su regreso a Flushing Meadows.

En el cuadro masculino, Roger Federer amplió a 35 su relación de victorias en el Abierto de Estados Unidos tras su trámite ante el joven Devin Britton, fijado en el puesto 1.340 por la ATP.

El suizo busca en Nueva York ser el primer hombre desde el legendario Bill Tilden en 1920 en lograr seis títulos consecutivos en el cuarto Grand Slam. Ya ha avanzado algo. Britton, de dieciocho años, invitado y que disputaba su segundo partido de alta competición, fue capaz de apuntarse un break en el segundo set.

Federer dosificó sus esfuerzos. También Serena Williams, que batió sin problemas a su compatriota Alexa Glatch por 6-1 y 6-4. La segunda raqueta del circuito busca su tercer Grand Slam del año, el duodécimo de su carrera, tras los de Australia y Wimbledon.

Fue Kim Clijsters la que atesoró las emociones para sí. «He estado más nerviosa de lo habitual. Se han agolpado muchos recuerdos para mí», dijo la flamenca, que arrolló a la ucraniana Viktoriya Kutuzova (6-1 y 6-1), en su reencuentro con el Abierto de Estados Unidos. Clijsters alcanzó el número uno en 2003, pero abandonó el tenis en 2007 por sus lesiones.