Maite SOROA | msoroa@gara.net
Rubalcaba y el Estatut
Ahora resulta que las conversas les piden cuentas a los de siempre. Una pensaba que a Alfredo Pérez Rubalcaba se le podían achacar muchísimas cosas, casi todas nefastas. Pero les aseguro que nunca hubiera creído que nadie fuera a acusarle... de nacionalista catalán.
Ayer en «Abc» la neonacionalista española Edurne Uriarte recogía una cita del ministro del Interior en la emisora Punto Radio. Cita textual: «Yo creo en este Estatuto, creo que es Constitucional y creo que recoge un hecho que es políticamente relevante. Lo que España no puede hacer es negar la decisión de un parlamento democrático elegido por los catalanes». Y a Edurne se le ponen los pelos como escarpias.
La columnista conversa advierte: «O sea, que Rubalcaba se nos ha trasmutado en Alfredo Pérez Ibarretxe. Porque su argumento, no sólo su lenguaje de España versus Cataluña, es el de Ibarretxe y el de todos los nacionalismos independentistas. El argumento de que es el Parlamento de Cataluña, o del País Vasco, el que decide. El que tiene la soberanía». ¡Hasta ahí íbamos a llegar!
Reconoce que «Rubalcaba es químico y no jurista o politólogo. Pero, como demócrata, está obligado a conocer el concepto de soberanía. No digamos como ministro del Gobierno de España». Pero hay algo que aún le duele más: «Lo más sorprendente de todo esto es encontrarnos a Rubalcaba alineado con el socialismo nacionalista, cosa que desconocíamos de su ideología. Lo que me lleva a pensar que lo suyo es adaptación al argumento que el Gobierno está preparando ante una posible sentencia desagradable del Constitucional. El argumento Ibarretxe, el mismo por el que a éste se le paró su plan. Y que dinamita la unidad de España, a partir de la soberanía del parlamento catalán o del vasco». Ya empezamos con el tremendismo.
Lo curioso es que Uriarte también se pica porque «también afirmó Rubalcaba en esa misma entrevista su disposición a acatar la sentencia del Constitucional. Y eso sugiere una segunda interpretación de su faceta Ibarretxe. La de la presión del Gobierno al Constitucional: Recuerden, señores, que ustedes son España, y España no puede contradecir al Parlamento catalán». Yo creo que se ahogan en un vaso de agua.