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Los países del G-20 deciden mantener los planes de estímulo económico

La reunión de ministros de Economía y Finanzas del G-20 concluyó ayer con el acuerdo de mantener vigentes los planes de estímulo económico para hacer frente a la recesión global, como las medidas de política fiscal y monetaria adoptadas por este mismo foro el pasado mes de abril. Los ministros también decidieron implementar una serie de medidas para controlar las bonificaciones que perciben los altos directivos, pero no fijaron ningún límite a las mismas.

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Los ministros de Economía y Finanzas del G-20 acordaron ayer mantener los planes de estímulo existentes para consolidar los indicios de recuperación de la economía mundial y controlar -que no limitar- las primas que reciben los directivos de la banca. Los ministros se reunieron en Londres para preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los próximos días 24 y 25 en Pittsburgh (EEUU), y decidieron también dar mayor presencia a las naciones emergentes en los organismos financieros internacionales.

«Seguiremos aplicando las medidas de apoyo, incluidas las políticas monetarias y fiscales» aprobadas en la cumbre de Londres el pasado abril «hasta que garanticemos la recuperación», dijo el ministro británico, Alistair Darling.

El ministro anunció que se seguirá adelante con la reforma del sistema financiero para evitar que se repitan crisis como la del año pasado y que se revisará el «sistema de compensaciones» a los directivos bancarios para evitar que se adopten políticas de riesgo a corto plazo que comprometen la estabilidad de los mercados.

«Seguimos siendo cautos»

Darling destacó que ha habido «progresos sustanciales» desde que el G-20 se reunió a finales de 2008 para afrontar la peor crisis desde la II Guerra Mundial, y dijo que «los mercados financieros se están estabilizando y la economía mundial mejora». «Pero seguimos siendo cautos sobre las perspectivas de crecimiento y empleo», añadió el ministro británico, cuya conferencia de prensa puso fin a la reunión en la que participaron también los gobernadores de los bancos centrales.

El G-20 se comprometió además a «trabajar para combatir la excesiva volatilidad de los precios de las materias primas, mejorando la transparencia de los mercados, promoviendo el diálogo entre los países productores y los países consumidores».

Las primas bancarias contituían uno de los asuntos más espinosos, pero quedó superado con la propuesta que presentó Darling. La propuesta incluye una prórroga sobre un porcentaje de las primas pactadas, a la espera de conocer el resultado de la gestión, con recortes si esta es mala, y vincular en mayor medida el beneficio a la marcha de las acciones en Bolsa. La propuesta mantiene además una prohibición de las bonificaciones fijas y garantizadas y una mayor transparencia sobre quién recibe un pago millonario al terminar su trabajo al frente de una institución financiera y su cuantía.

También hubo acuerdo sobre la necesidad de seguir apoyando a las economías más frágiles con programas de gasto público y de estímulo fiscal y establecer un periodo más amplio para exigirles que rebajen sus abultados déficit públicos.

PITTSBURGH

El encuentro que mantuvieron ayer los ministros de Economía en Londres tenía como objetivo preparar la reunión que los jefes de Estado y Gobierno celebrarán los próximos días 24 y 25 en Pittsburgh, EEUU.

Oxfam considera la actuación del G-20 «decepcionante»

La organización humanitaria Oxfam calificó de «decepcionante» que el G-20 haya puesto el énfasis en su reunión de Londres en las primas de los banqueros en lugar de las necesidades de millones de personas sin recursos que sufren por la crisis económica global. En un comunicado divulgado al término de la reunión de la capital británica, el asesor de política de Oxfam, Max Lawson, dijo que este grupo podía haber acordado el establecimiento de un impuesto -la tasa Tobin- sobre las transacciones en divisas que permita ayudar a la gente con menos recursos.

«Si el G-20 es serio a la hora de hacer que los bancos trabajen en favor de la gente, podía haber acordado un impuesto global sobre las transacciones de divisas. Un impuesto que puede recaudar hasta 50.000 millones de dólares para la gente empujada a la pobreza por la ambición de los banqueros», destacó Lawson.

«Es bueno que el G-20 reconozca por primera vez la necesidad de hacer frente a los paraísos fiscales de una forma multilateral. Las buenas palabras deben traducirse en acciones concretas en Pittsburgh» resaltó, en cualquier caso, el asesor de política de Oxfam, haciendo referencia a la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán en esa ciudad estadounidense los próximos días 24 y 25 de este mes. GARA

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