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Londres admite la influencia de intereses comerciales en la liberación de Al-Megrahi

El ministro británico de Justicia, Jack Straw, admitió ayer que la relación comercial con Libia jugó «un gran papel» en la decisión de las autoridades de incluir al condenado por el atentado de Lockerbie, Abdel Basset al-Megrahi, que padece un cáncer en fase terminal, en un acuerdo de intercambio de prisioneros con Trípoli. Straw desdice así al primer ministro, Gordon Brown, que negó un pacto secreto con Libia para su puesta en libertad.

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Los intereses petrolíferos y comerciales jugaron «un gran papel» en las negociaciones que culminaron com el acuerdo de intercambio de presos entre Londres y Trípoli, del que se benefició el ciudadano libio condenado en relación al atentado de Lockerbie, según admitió ayer el ministro británico de Justicia, Jack Straw.

En una entrevista con el diario «Daily Telegraph». Straw afirmó que la salida de prisión de Abdel Basset al-Megrahi, que fue recibido como un héroe a su llegada a Trípoli, ha servido para mejorar las relaciones con Libia e, indirectamente, ha allanado el camino para el último contrato firmado por la petrolera British Petroleum (BP).

Preguntado sobre si el petróleo y el comercio desempeñaron un papel en la firma del acuerdo, el ministro británico respondió: «sí, una gran parte. No lo niego».

Es la primera vez que un miembro del Gobierno británico reconoce la influencia de los intereses comerciales en el acuerdo, firmado en noviembre de 2008 y destinado, en particular, a permitir la repatriación a su país de Al-Megrahi, encarcelado en Escocia.

«No me arrepiento»

Straw afirmó que «no me arrepiento de ello» y agregó que «Libia era un Estado rebelde. Queríamos que volviese al redil. Y eso incluía también las relaciones comerciales... y, más tarde, el acuerdo con BP».

No obstante, el ministro aclaró que la medida adoptada por su homólogo escocés, Kenny MacAskill, de liberar al condenado por cuestiones humanitarias, llegó antes de lo que Londres habría visto como adecuado.

Straw desdijo de esta forma al primer ministro británico, Gordon Brown, que lleva semanas sosteniendo que la cuestión comercial no afectó en absoluto a la liberación de Al-Megrahi, de 57 años de edad.

El libio fue el único condenado -en 2001, a perpetuidad- por el atentado contra un avión de pasajeros de la compañía estadounidense Pan Am que cayó en la localidad escocesa de Lockerbie y mató a 270 personas en 1988. Padece un cáncer de próstata en fase terminal y, según los médicos, le quedan apenas tres meses de vida.

En un principio Straw intentó asegurarse de que Al-Megrahi quedara fuera de cualquier acuerdo de canje de prisioneros con Libia, pero en diciembre de 2007 cambió de parecer. Escribió en una carta a su homólogo escocés que «las negociaciones más amplias con los libios están llegando a un punto crítico», por lo que un acuerdo en blanco «redunda en el mejor interés del Reino Unido».

Poco después, en enero de 2008, Libia ratificó un acuerdo de prospección petrolera por valor de 900 millones de dólares con BP. La empresa reconoció el viernes que pidió al Gobierno que firmara el acuerdo sobre presos, pero insistió en que no mencionó a Al-Megrahi.

Straw dijo que Gordon Brown no participó en las negociaciones sobre el intercambio. «Ciertamente no hablé» con el primer ministro. «No hay pruebas que sugieran que él estuvo mezclado» en el asunto, concluyó.

«No hubo doble juego»

El pasado miércoles, el premier británico insistió en que «no hubo una conspiración, un encubrimiento, un doble juego, ni un acuerdo sobre petroleo» para liberar al libio condenado por aquel atentado, e insistió en que, en cualquier caso, la decisión de excarcelarle era únicamente competencia de Escocia.

Pero finalmente las autoridades de Gran Bretaña han reconocido que el acuerdo sobre la transferencia de prisioneros formó parte de otro más amplio para beneficiar a ambos países y mejorar los potenciales lazos británicos con el país africano.

La puesta el libertad de Abdel Basset Al-Megrahi suscitó gran descontento sobre todo en EEUU, de donde eran originarias la mayoría de las víctimas del atentado y las especulaciones en torno a la existencia de un acuerdo de «petróleo por al-Megrahi» han estado en el centro de la polémica.

denuncia

Políticos de la oposición y familiares de las víctimas denunciaron que las cuestiones comerciales pesaron en la decisión de liberar a Al-Megrahi, lo que el Gobierno británico negó en repetidas ocasiones.

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