El Festival Internacional de Cine de Venecia (Italia) sigue su curso, con la presentación ayer, en la Sección Oficial, de las películas asiáticas «Yi ngoi» (accidente) y «Tetsuo the Bullet Man», que llenaron de violencia las pantallas.

«Yi ngoi», del chino Cheang Pou-Soi, es un thriller que cuenta la historia de una banda de asesinos a sueldo que planea las muertes de sus víctimas como si fueran meros accidentes. «Tetsuo the Bullet Man», cinta del japonés Shinya Tsukamoto y secuela de «Tetsuo The Iron Man», se encuadra por su parte dentro del cine fantástico, y narra la historia de un hombre de negocios estadounidense que vive en Tokio con su familia, donde descubre los experimentos en los que estuvo involucrado su padre años atrás trabajando para el ejercito.

Siguiendo con la Sección Oficial, el alemán Werner Herzog y el francés Patrice Chéreau presentaron dos películas muy distintas entre si, pero que coinciden en querer mostrar el aislamiento del ser humano.

Para Herzog «My son, my son, what have ye done», producida por David Lynch, supone segundo filme a competición, una historia basada en un hecho real sobre la locura con la que, según su autor, no ha tratado de buscar dar explicación a este tipo de comportamiento.

Por su parte, «Persécution», de Chéreau, es una película que trata de mostrar la locura de personas normales, por medio de la historia de un joven que se dedica a rehabilitar apartamentos y que sostiene una relación distante con su novia.

García Lorca

Dejando a un lado la competición oficial, el catalán Pere Portabella, que se encuentra en Venecia como jurado de la sección Orizzonti, presentó en los eventos paralelos a su sección la película «Mudanza», con la que trata de homenajear la figura de Federico García Lorca, poeta granadino fusilado durante los primeros meses de la Guerra del 37.

«Mudanza» es un filme de veinte minutos de duración, donde Portobella recupera sus silencios y usa el fetichismo. En la cinta, donde los objetos adquieren un importante contenido simbólico, retrata el traslado de los muebles de la casa del poeta en Huerta de San Vicente de Granada a un almacén, para así dejar espacio para la exposición temporal «Everstill / Siempre todavía», en el lugar que ocupa hoy la Casa Museo de Federico García Lorca. Según Portobella, mediante el embalaje del retrato del poeta, momento simbólico de la obra, quería trasmitir «la sensación de un entierro formal para Lorca».

El cineasta destacó además, que aceptó la invitación de participar en el jurado al conocer la intención de la organización de homenajear al poeta Lorca.