Alde Zaharra de Iruñea fue ayer punto de confluencia para las cientos de razones que abanderan los detractores del TAV. La jornada de movilización contra este macroproyecto que organizó AHT Gelditu! Elkarlana comenzó al mediodía y se alargó hasta bien entrada la noche.

El presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, y el ministro español de Fomento, José Blanco, firmaron el pasado 17 de mayo un convenio de financiación para dar así un paso más hacia este proyecto, aunque las obras no han comenzado aún. Precisamente, el estado de esta infraestructura, cuyo costo en Nafarroa se calcula en unos 1.500 millones de euros, fue el tema principal de la charla con la que arrancó la jornada.

A juicio de los organizadores, este año «es clave» para concienciar a la sociedad de la «inutilidad de esta infraestructura impuesta». Además, opinan que se trata de un «auténtico capricho de una minoría política y empresarial», aunque en realidad lo pagarán todos los navarros ya que el Gobierno de Sanz ha aceptado adelantar el dinero dos años para salvar así las reticencias estatales. Los opositores al TAV denunciaron que «por 20 minutos que nos podríamos llegar a ahorrar, no dudan en destrozar el patrimonio natural».

Consideraron además que el TAV es el símbolo de la nueva economía, la globalización, un nuevo modelo social «basado en la alta velocidad y la falta de libertades». «Por cada kilómetro de tren son menos hospitales o menor acceso a una vivienda digna», añadieron.

Tras la comida popular, a las 19.00 horas se concentraron frente al Ayuntamiento y después tenían previsto marchar en kalejira a disfrutar de los conciertos.