Salvo hecatombe mayúscula, Romain Sicard se proclamará esta tarde vencedor del Tour del Porvenir. El corredor labortano superó con nota el último test, adjudicándose ayer la contrarreloj y reforzando su liderato. Algo en lo que, lamentablemente, también tuvo que ver la fortísima caída que sufrió su principal rival, Timofey Kritskiy.

El corredor ruso, segundo en la general y que además portaba el maillot verde -ahora en manos de Sicard, igualmente líder de la montaña-, se fue al suelo durante la contrarreloj, sufriendo una fractura abierta en la pierna izquierda y numerosas heridas. Con Kritskiy fuera de la carrera, sólo Tejay Van Gaderen, ahora segundo en la general, se acercó a los tiempos del corredor de Orbea, que superó los 27 kilómetros cronometrados con un tiempo de 36'12''. Tres segundos menos que el estadounidense, al que aventaja ahora en dos minutos.

Teniendo en cuenta que el Tour del Porvenir se despide en las calles de Besançon -once vueltas a un circuito urbano hasta alcanzar los 116 kilómetros- con una etapa que, previsiblemente, se resolverá al sprint, Sicard puede empezar a celebrar su triunfo, aunque el corredor reconocía ayer que prefería no emocionarse «antes de tiempo, aunque es verdad que ahora lo tenemos todo a nuestro favor». El corredor de Hasparren admitió que «realmente no creía que podía ganar la etapa. Mi intención era perder lo justo y por eso no he salido demasiado rápido, porque quería guardar un poco por si me tenía que esforzar en el alto, en función de las diferencias. Cuando he llegado allí, he visto que no había perdido tiempo y entonces sí he apretado para intentar aumentar la renta».

Romain Sicard, que la próxima temporada defenderá los colores de Euskaltel-Euskadi, se convertirá hoy en el sexto corredor vasco que se adjudica el Tour del Porvenir, tras las victorias de Miguel Indurain (1986), David Etxebarria (1996), Unai Osa (1999), Iker Flores (2000) y Egoi Martínez (2003).