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Iñaki URIARTE I Arquitecto

Arespresión

En su artículo, el arquitecto bilbaino parte desde la efemérides de la firma del Acuerdo de Lizarra-Garazi, ayer hizo once años, para repasar la situación por la que actualmente atraviesa Euskal Herria. En ese repaso, pone especial atención al incremento de la violencia represiva que ha supuesto la entrada del PSOE en Ajuria Enea y, especialmente, la adjudicación de la cartera de Interior a Rodolfo Ares. Para Iñaki Uriarte, es necesaria y urgente una gran manifestación de denuncia y defensa de la identidad vasca «para demostrar que no somos una sociedad sometida».

Vocablo neológico surgido de las circunstancias actuales en Euskal Herria, síntesis de las palabras Ares y Represión. Es decir, el apellido de un individuo que actúa de consejero de Interior y cuya función, reprimir voluntaria, violenta e innecesariamente, inconscientemente crea este nuevo término que explica una angustiosa situación social.

Tal día como ayer, 13 de setiembre, hace 11 años se firmó el Acuerdo Lizarra-Garzai, que tantas expectativas e ilusión creó en Euskal Herria, y como reacción generó una enorme agresividad y hostigamiento global desde España. Fue una gran oportunidad de ir progresando hacia la autodeterminación y la independencia que se perdió. Es por tanto necesario volver a plantear algo similar en la Mesa de Maltzaga, que ya se habrá reunido con motivo de dicha conmemoración.

Hoy, día 14, es también aniversario de aquel magnífico, por la asistencia y concienciación y a la vez dramático por los resultados, sábado de 2002 en el qué decenas de miles de patriotas vascos, básicamente de la izquierda abertzale, Aralar y EA (al PNV estas cosas no le interesan), nos manifestamos una vez más en Bilbo bajo el sencillo, explícito y unificador lema «Gora Euskal Herria!».

Fue una demostración de implicación de personalidades de todos los ámbitos más representativos de un pueblo, tanto en la convocatoria como con su presencia. Esta pluralidad y la cantidad desbordante de participantes, una de las mayores celebradas, irritó al gobierno de España y a sus serviles cargos del Departamento de Interior del Gobierno vascongado dirigido entonces por Balza. El cortejo popular se vio interrumpido en el cruce de las calles Autonomía con General Concha por un frente de la Ertzaintza con un inusitado y desproporcionado instinto agresivo con refuerzo de tanquetas que impidió el avance y obligó a sentarse en el suelo. Sólo la sensatez de la organización evitó lógicas reacciones individuales de rechazo a aquella insultante provocación.

Pero dichos funcionarios no se limitaron a impedir el paso, querían hostigar y en parte lo lograron con una incomprensible, por la multitud presente, e irracional violencia que empezó con chorros de agua tintada de azul para posteriores detenciones y poco después ante la ejemplar nula reacción y silenciosa protesta, un brutal lanzamiento de pelotas de goma y botes de humo al estilo de las más repugnantes y homicidas policías del mundo. Una de las pelotas que se mostró a los medios y algunos vimos, tenía escrito Otegui (sic) HP, demostración de la bajeza moral y rastreros instintos de estos asalariados de la violencia que han continuado durante todos estos años con su irracional misión represiva en fechas señaladas de conmemoraciones, homenajes, recibimientos, despedidas, entierros, etc. día tras día y pueblo por pueblo. Bilbo y Donostia en repetidas ocasiones, Gasteiz, Gernika, Hondarribia, Lekeitio, etc. dejando una secuela de muertos, heridos y acrecentando el descrédito y desprecio social.

Cuándo el gobierno de una parte de nuestro país ha sido tomada por el frente español PPSOE, algunos dirigentes regionalistas del PNV se lamentan por la pérdida de cargos y otras prebendas paralelas. Personas amigas bien relacionadas con dicho partido nos achacan la responsabilidad de lo sucedido, no al fracaso del amplio sanedrín de sus traidores al Lehendakari, Izaskun Bilbao, José Luis Bilbao, Azkuna, Urkullu, Ortúzar, Greaves, etc., sino a los que el pasado 1 de marzo no les votamos. ¿Quién podía elegir a un partido que pocas semanas antes en Bilbo, el sábado 14 de febrero, ante la ilegalización de Democracia Hiru Milioi (D3M), envió otra vez a esta violenta turba policial a hostigar y no sólo a los participantes sino en su delirio mamporrero a cualquier persona que pasease por calles céntricas? Aquella tarde les hizo perder muchísimos votos.

Ahora ha asumido la iniciativa de la represión Rodolfo Ares, un gallego asentado en nuestro país mal agradecido, antivasco, de precaria formación, con un turbio pasado como concejal de Urbanismo en Bilbo -recuérdese la irregular recalificación del Depósito Franco de Uribitarte- miembro destacado de la silente Orden de Contempladores del GAL. Con excesivo poder exterminador y brutales instintos constituye un peligro hasta el punto que ha generado una gravísima alarma social en amplios ámbitos con medidas de acoso, persecución y venganza de todo tipo desde las administrativas hasta las físicas. Ha instaurado una situación de represión general hacia la memoria histórica de nuestro pueblo y toda su iconografía: sólo les falta arrancar ikurriñas. Pretenden convertir una parte de Euskal Herria en Areskistán.

Recientemente, al estar desarticulado de poder, el PNV reacciona lentamente y critica ahora con oportunismo esta violencia y tensión policial, excepto Azkuna, que exige más dureza. En la pasada Aste Nagusia de Bilbo han cargado contra todo simbolismo de patriotismo vasco encontrando un fiel vasallo en el Concejal de Obras y Servicios José Luis Sabas, un antiabertzale afiliado por interés económico al partido dominante, coincidió que entonces era el PNV por amistad personal con el ahora bronco alcalde. Con su habitual torpeza cultural, prepotencia y chulería se jacta de este enaltecimiento represivo de las más elementales muestras de libertad expresiva. Ha eliminado 1.749 metros cuadrados de pintadas, suprimidos 548 metros de carteles, retirado 1.809 metros de pancartas en un total de 272 acciones. Un currículo y balance propio de un tirano.

Los golpistas españolistas que en una previsible y premeditada operación de rapiña política se han apoderado ilegítimamente de las instituciones y empresas autonómicas han sembrando el pánico en nuestro pueblo. Las expresiones Gobierno Vasco, Lehendakari, EiTB, sistema educativo vasco, etc. por su contenido semántico ahora suenan a falsas y en realidad lo son; han bastado unas semanas y unos cambios para evidenciarlo. Todo huele a español, Ejército, Policía, Guardia Civil, victimistas y oportunistas, monarquía, referencias, sucesos, Madrid, deportes y selecciones.

La fractura social es importante e inminente, estamos acorralados por estos neofascistas españoles por lo que es no sólo necesaria sino imprescindible una contundente y modélica reacción colectiva: éstos no son de los nuestros. No debemos esperar a que fracasen solos en la legislatura. El tiempo, la pasividad y conformidad son su estrategia. Hace falta un enérgico y masivo coraje cívico, social; no podemos ser permisivos ante tanta agresión en nuestra propia tierra.

Ahora más que nunca el pueblo vasco, sus asociaciones y entidades sociales, culturales y deportivas representativas debemos irrenunciablemente salir de una vez a la calle. A la vez, demostraremos a la comunidad internacional que no somos una sociedad sometida. Es imprescindible cuanto antes una gigantesca manifestación ante estos golpistas, bajo unos lemas que compartamos todos en reivindicación de: la lengua, la cultura y la identidad vasca, lo que implícitamente supone el derecho a la libertad de expresión e incluso a la autodeterminación aunque no se citen.

Se está haciendo demasiado tarde. Cuando llega el tiempo que se podría, habrá pasado el tiempo que se pudo.

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