En los montes de Araxes Axurdario
Jesús Mª ALQUÉZAR I
El río navarro del Araxes desemboca en el Oria en Tolosa y en su discurrir forma un profundo valle conformado por interesantes montañas de fuertes pendientes y densos bosques de hayas, que permiten desarrollar a los aficionados a los deportes de montaña interesantes excursiones y travesías de diferente tipo.
La que hoy proponemos desde «Mendia», es una bellísima y panorámica excursión de senderismo que, con un día despejado y brillante, es irrepetible en horizontes controlados, porque a lo largo de su desarrollo, desde diferentes miradores, se descubren los más importantes macizos cercanos, destacando Malloak de Aralar y Ernio, además del más lejano Aizkorri. También esta salida da ideas, para completar otras rutas en montañas más modestas y, sin embargo, apropiadas para la travesía de cordales, como Urkita, Elosta, Uli, Erroizpe y Otxabio, entre otras.
Esta ruta circular nace en Lizartza, pequeña localidad guipuzcoana cercana a Tolosa en la carretera a Iruñea, en el fondo del valle y rodeada de montañas, para situar al lector. Desde la plaza, con amplio aparcamiento, el excursionista se dirigirá por la carretera hacia Orexa. Justo enfrente destaca un «pitón» altivo que es Axurdario. Otra posibilidad más rápida y deportiva es llegar hasta su cima trepando por su inclinada ladera, un «muro» mixto de roca y hierba. Sin embargo, sugerimos la vía normal. En breves minutos, frente al caserón Etxehaundi, se cruza el arroyo por un puente a la derecha y se gira de inmediato a la izquierda por un «inteligente» camino carretil. Está bien conservado y gana altura con «vaselina» hasta el collado de Amaitzarreta. Según se sube, se descubre el precioso pueblo de Orexa, escalonado en la ladera como si de un núcleo suizo se tratara.
Allí, un indicador de senderismo, ya que toda la ruta es un PR Gi 10, y por lo tanto balizada con las bandas blanquiamarillas, sugiere girar a la derecha en un paseo de ida y vuelta para ir en busca de uno de los pocos monumentos prehistóricos encontrados en la época moderna. Se trata de un dolmen localizado nada menos que en el año 1974 por Jesús Mª Alquézar, que extrañó a los técnicos y se catalogó con el nombre de Axurdario. Está situado a pocos metros de la cima y era desconocido por su situación en un lugar inhóspito y escabroso, oculto en el encinar. Emociona el encuentro del pasado, ya que data de la época Eneolitica-bronce.
De nuevo en Amaitzarreta, se continúa en agradable travesía por el cordal cimero de Narbaitzu, una despejada y bonachona loma, un conjunto de tres elevaciones camino de Urkita entre Araxes y Basabeko Erreka o Troskamuño, disfrutando de dilatadas vistas, especialmente hacia Malloak de Aralar. En el collado de Elorrigain, bajo el esbelto y oscuro pico de Urkita, uno de los importantes de este sector, en el cruce de caminos, cerca de una borda y a donde llega también la ruta Vuelta a Gipuzkoa-GR 121-Indicador-, girará el excursionista a la izquierda, por una ancha pista, que en rápidos lazos le conducirá hasta el fondo de la regata Troskamuño. Continuará hacia su nacimiento, superará dos bordas y abandonará la pista a la izquierda sobre un precioso camino, un gurdibide enlosado además, para ascender suavemente, sin fatiga, hasta la incomparable aldea de Orexa, donde destaca su plaza, iglesia, la escultura del escritor euzkaldun Orixe y sus caseríos monumentales, bien conservados. Bucólico y caprichoso lugar.
Por detrás del Ayuntamiento seguirá el senderista por carretera hasta la ermita de San Marcos y penetrará sin temor a la izquierda por un bosque en proceso de tala, con lo que eso conlleva, y dando un rodeo, para salvar el profundo barranco, sin casi desnivel y alcanzar la borda Iraola. La excursión toca a su fin. A Lizartza, al fondo del Araxes se llega rápido, utilizando el precioso «antzinako bidea», bordeando el alto de Muñoa y por el caserío Zelarain o Zalain, para finalizar en las calles del pueblo siguiendo la carretera de los caseríos de altura.