Ines INTXAUSTI Crítica de televisión
Sin tele sí hay paraíso
Tele5 habría perdido el año pasado su reinado mediático a favor del resto de canales. Uno de los productos que marcó ese liderazgo fue la teleserie «Sin tetas no hay paraíso», en cuyo contenido se animaba a las jóvenes a operarse hasta el infinito para vivir de la prostitución, el cine porno y las relaciones con hombres poderosos, como narcotarficantes y asesinos. Por alguna razón que no desconozco, estos temas mueven los hilos más internos de la audiencia tejiendo una tupida red morbosa y febril que cree que al igual que en los sueños todo es posible sin riesgo real ni filtros éticos de la convivencia en sociedad.
Estoy, además, convencida que muchas de sus escenas influyeron (e influyen) a los autores materiales de los casos de violencia de género que han tenido y tienen lugar entre adolescentes. A3 ha optado por tomar el testigo de Tele5 y ofrecernos un más díficil todavía programando en la zona auréa de ambas parrillas otra serie: «90-60-90» (contra C.S.I.!!!!). Explícita como «Sin tetas». Pero añadiendo una variante que marca la diferencia entre ambos productos. El enunciado anterior respecto a los contenidos podría ser el mismo con la única diferencia de que A3 se atreve a reducir la edad de sus protagonistas . Donde dije «jóvenes» escriban «menores» y todo sigue igual. Otra de sus aportaciones deviene de la visión de la violencia desde ambos canales. Mientras que en Tele5 las patadas en la cabeza y el estómago son, a veces reales, (véase Pipi) y en la teleserie se atrevan con pistolas y todo tipo de armas, en A3 no ocurren estas cosas tan feas. En la primera entrega de «90-60...» a Nerea Garmendia, que es mujer, actriz y modelo como la copa de un pino. le decía su manager (en 3 ocasiones!): «No tines nada que hacer, nada... pero si tienes 30 años... estás acabada». Y ella va y se suicida. Bonito mensaje en el que no hay sangre a excepción de la limpia de sus venas. Que quieren que les diga. Me alegro de no ser madre de nadie en edad televisible. Y a las que lo son les recomiendo la lectura del último artículo de Elvira Lindo: «Educación».