En la obra teatral escrita por Reginald Rose y adaptada al cine por Sidney Lumet `Doce hombres sin piedad', el personaje encarnado por Henry Fonda disculpa el `¡Te voy a matar!' que el acusado de asesinato le grita a su padre aduciendo que en tensión uno es capaz de decir cosas que no piensa. Sin embargo, en las pistas de Flushing Meadows de Nueva York no tuvieron piedad de Serena Williams y la descalificaron por «conducta antideportiva» por espetar un `¡Te voy a matar!' a una juez de línea por una supuesta falta de pie.

Y es que dicha falta de pie ponía a la tenista norteamericana prácticamente fuera de la final del US Open. La flamenca Kim Clijsters se había impuesto 6-4 en el primer set y vencía por 6-5 en el segundo. Con 15-30 en el duodécimo juego, Williams, que tenía segundo servicio, llegó la polémica falta de pie, de modo que el marcador se ponía con 15-40, por lo que el regreso de Clijsters a una nueva final del Grand Slam tras su retirada y posterior maternidad quedaba a un paso.

Con la tensión a flor de piel, Serena Williams le dijo algo a la juez de línea, y ésta se lo contó a la juez de silla, Louise Engzell. Cuando Engzell consultó con el juez principal, Brian Earley, decidieron descalificar a Williams, para pasmo de la norteamericana, que negó haber amenazado a la juez de línea.

«Creo que ella dijo que yo le había dicho que le iba a matar. Nunca había dicho eso. Nunca he estado en una pelea en toda mi vida, así que no sé por qué ella se ha sentido amenazada», subrayó Serena Williams.

Clijsters, «increíble»

La abrupta manera de terminar con esta semifinal empañó el buen hacer de una Kim Clijsters que venció en buena lid a la menor de las hermanas Williams. De hecho, la propia Serena, amén de admitir que cometió más errores de los habituales, reconoció que el juego de la flamenca fue «increíble».

«Clijsters ha jugado realmente bien y creo que ella ha vuelto con un gran proyecto. Tampoco ha sido una sorpresa para mí el juego de Kim, porque la había visto ya aquí y en Cincinnati y ella ha jugado increíble. Pero la próxima vez que juguemos sabré un poco más de su juego», destacó la vigente campeona.

La danesa Caroline Wozniacki, que en Flushing Meadows ha encontrado el punto más alto de su proyección, es la traba final con la que se topará Clijsters. Wozniacki evitó un «derbi de Flandes» al batir por 6-3 y 6-3 a Yanina Wickmayer y afrontará esta misma noche -madrugada en Euskal Herria- su primera final del Grand Slam. La novena cabeza de serie deberá sobreponerse a jugar ante un ídolo que regresa con hambre atrasada.