Obama se acerca a Rusia al retirar el escudo antimisiles
Barack Obama anunció ayer el abandono del proyecto de Bush de construir un escudo antimisiles en Europa Central, una de las grandes apuestas militares de su predecesor en la Casa Blanca, tras revisar a la baja la amenaza iraní y formular un «nuevo enfoque» defensivo.
GARA |
El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró ayer que abandona el proyecto de construir un escudo antimisiles en la República Checa y Polonia, motivo de conflicto entre EEUU y Rusia desde que fuera anunciado por la Administración Bush en 2007, efectuando un cambio estratégico fundamentado principalmente, según dijo, en una reevaluación de la amenaza iraní.
En una declaración de apenas tres minutos en la Casa Blanca, y tras la que no admitió preguntas, Obama prometió que el nuevo sistema no debilitará la defensa en Europa, sino que la reforzará, será más eficiente y más económico, y estará adaptado al peligro que representa el programa balístico iraní, tras revisar a la baja esta amenaza y formular un nuevo enfoque.
«Este nuevo enfoque brindará una capacidad más rápida, cimentada en sistemas probados y ofrece mayores defensas contra la amenaza de ataques de misiles que el programa de defensa de misiles europeo de 2007», dijo Obama. «Nuestro foco claro y consistente ha sido la amenaza presentada por el programa de misiles balísticos de Irán y sigue siendo la base del programa que estamos anunciando», agregó.
«Nuestra nueva arquitectura de defensa misilística en Europa les dará una defensa más fuerte, inteligente y rápida a las fuerzas estadounidenses y a los aliados» de la OTAN, aseguró Obama.
La amenaza de misiles iraníes de largo alcance «no es tan inmediata como se pensaba antes», indicó, por su parte, el secretario de Defensa, Robert Gates, para justificar la decisión.
Se había sobrevalorado la amenaza procedente de los misiles de largo alcance iraníes y ahora que los servicios secretos estiman que el verdadero peligro podría provenir de los misiles de corto y medio alcance. Éstos, señaló, «se están desarrollando de manera más rápida de lo previsto».
El nuevo sistema tendrá interceptores en tierra y mar. Se dotará a buques Aegis de interceptores y se contará con un sistema de radares móviles, más ágil, que permitirá detectar el posible lanzamiento de misiles de corto y medio alcance. Y, en una segunda fase, se instalarían interceptores en tierra. Gates precisó que EEUU prevé ahora desplegar para 2015 en Polonia y la República Checa interceptores SM-3, concebidos para destruir esos misiles.
El abandono del proyecto puede abrir el camino para una mejora de las relaciones con Rusia, que ayer expresó su satisfacción. El anuncio se produce pocos días antes de la llegada de su presidente, Dmitri Medvedev, a EEUU para participar en la Asamblea General de la ONU y la cumbre del G-20 en Pittsburgh, y a menos de dos semanas de la reunión prevista para el 1 de octubre entre Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Estado francés y Gran Bretaña más Alemania), pero tanto Moscú como Washington negaron la existencia de un acuerdo secreto.
Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, acogió el anuncio como un «paso positivo» que facilitará el acercamiento de Moscú a la Alianza. No obstante, el embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, advirtió de que EEUU no ha renunciado a su escudo, sino que sólo ha cambiado su configuración.
Pero la decisión de Obama ha sido acogida con malestar entre la oposición republicana que le acusa de debilitar la defensa del país, minar el liderazgo de EEUU en Europa y subestimar la amenaza de Irán.
EEUU ultima la venta a Turquía de baterías de misiles tierra-aire Patriot (PAC-3), lo que ha levantado una auténtica polvareda entre los analistas turcos sobre las razones últimas de esta prevista adquisición.
De concretarse, sería la mayor adquisición de armas jamás efectuada por Ankara (5.300 millones de euros) en plena crisis y cuando la deuda externa turca alcanza los 102.000 millones de euros.
Es evidente el interés de Washington en instalar misiles estadounidenses en un país fronterizo con Irán. Pero no está tan claro en el caso de Ankara, que protagoniza en los últimos años una política de buena vecindad con todos los países fronterizos.
El experto Sedat Laciner ve tras el proyecto la voluntad de EEUU de controlar la situación geopolítica de la región y de impedir el acercamiento de Turquía a Rusia e Irán. En esa línea, planea la cuestión de si será el Ejército turco el que controle realmente ese arsenal. GARA