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ZINEMALDIA

Comiendo con Brad Pitt

quiEn no pudo verle, tiene la ocasión de comer con él... a través del mantel de papel

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Oihane LARRETXEA

Por amor al cine, pero sobre todo a la fotografía, las paredes del donostiarra restaurante Okendo están, literalmente, empapeladas con imágenes de estrellas del celuloide. Su lema: «Cine todo el año»; así lo asegura Marta García, que regenta, junto a su padre, el restaurante.

Durante los doce meses del año se pueden ver las fotografías de los actores, actrices o directores que hayan pasado por Zinemaldia a lo largo de la historia del festival, aunque, como dice García, por falta de espacio se ven en la obligación de ir variando. «Ya casi no tenemos sitio, y por eso hay imágenes que son fijas y otras que alternamos para intentar mostrar todas».

 Pero no sólo son las personas «de a pie» las que se divierten en este local, puesto que también las mismas estrellas son clientes habituales del Okendo. «Al estar en mitad de todo el meollo –cuenta García– cualquier día te puedes topar con miembros del jurado, con actores o actrices». Un año, el archiconocido Sean Penn entró en el local haciendo caso omiso a las recomendaciones de sus guardaespaldas para que no lo hiciera y, sentado entre los clientes, se tomó un cortado.

Aunque el cine sea la seña de identidad de este restaurante, durante el festival esta característica se intensifica y el trabajo se multiplica. «Ramón se ocupa de sacar las fotos a todas las estrellas que nos visitan cada año y para el día siguiente tenemos todas las imágenes colgadas en la pared» explica García.

Aparte de lo emocionante que le resulta a la clientela ver todas las fotos del día anterior, lo que más expectación levanta son los manteles de papel que realizan con la imagen de la estrella principal de cada edición; este año, Brad Pitt.

La idea, según García, consiste en ofrecer algo divertido y original relacionado con Zinemaldia, que la gente se divierta mientras come o cena. Así, con el mantel de papel bajo el plato, uno puede decir que ha comido con Brad Pitt. García cuenta como es el proceso: «Ramón saca las fotos y después elige la más adecuada, y la revela en manteles de papel. Es una tarea trabajosa, sobre todo porque tenemos que tener los manteles para el día siguiente. Pero el resultado es un éxito». Tanto, que hace dos años, con Richard Gere en Donostia, no sobró ni uno, y Marta apunta a que este año ocurrirá lo mismo con los de Brad Pitt.

«La gente agradece estas cosas. Te dicen lo divertido que les parece y te preguntan si pueden llevárselo a casa», concluye orgullosa Marta, porque precisamente, dice que de eso se trata. «Son tiempos de crisis, y el cine puede ser la mejor excusa para disfrutar y olvidar por un momento los problemas cotidianos».

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