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DESAPARICIÓN DE JON ANZA

La marcha de Donibane denuncia el silencio sobre Jon Anza

La preocupación e indignación por la falta de noticias sobre el paradero del militante abertzale desaparecido hace ya cinco meses se hizo patente en la manifestación que, convocada por diversos organismos y agentes sociales y políticos, tuvo lugar ayer en Donibane Lohizune. Muchos ciudadanos se quedaron bloqueados por los controles policiales. Los dos estados fueron directamente interpelados sobre su responsabilidad en la desaparición de Jon Anza.

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A. MANTEROLA | DONIBANE LOHIZUNE

A pesar de las nubes amenazantes y, sobre todo, de los controles que las policías española y francesa colocaron en los tres principales pasos entre Gipuzkoa y Lapurdi, más de 2.000 personas participaron ayer en la manifestación que tuvo lugar en Donibane Lohizune para denunciar la desaparición de Jon Anza y exigir la verdad sobre su paradero.

La movilización convocada por diversos agentes políticos y sociales emprendió la marcha pasadas las 17.30. En cabeza, varios representantes de los organismos convocantes portaban una pancarta con el lema «Non da Jon? Nous voulons la vérité (Queremos la verdad)».

Entre los participantes, además de familiares y amigos del militante desaparecido, podía verse a representantes de AB, Batasuna, LAB, ELB, Segi y LCR, así como electos y caras conocidas de la izquierda abertzale. Entre los asistentes anónimos, GARA pudo comprobar la presencia de la madre de Joxe Miel Etxeberria, Naparra, militante también desaparecido desde hace 29 años y del que nunca ha habido noticias.

Durante todo el recorrido, los manifestantes no cesaron de corear lemas exigiendo los derechos de los presos, democracia para Euskal Herria o la independencia. Pero, sin duda alguna, fueron las relacionadas con la desaparición del militante donostiarra las que con más insistencia y firmeza se repitieron.

Así, el ya tristemente habitual lema «Non da Jon?» se convirtió, hacia mitad del recorrido, en una interpelación frontal y directa a la responsabilidad de los dos estados, ya que los asistentes gritaban alto y claro «Non duzue Jon?» (¿Dónde tenéis a Jon?). Otros eslóganes como «Policía asesina», «PSOE, GAL, berdin da», «Herriak ez du barkatuko», «Hemen ere torturatzen da» o «Ordainduko duzue» reflejaban la indignación de los manifestantes.

«Pues yo leo prensa... y nada»

Muchos de los turistas que paseaban por las céntricas calles por donde discurrió la manifestación hacían fotografías y preguntaban la razón de la misma. Algunos de ellos reconocían desconocer totalmente el caso: «Pues yo leo todos los días la prensa y no he visto nada sobre esta desaparición», confesaba un visitante parisino.

Cuarenta y cinco minutos más tarde, la marcha llegaba a la plaza Luis XIV, donde en representación de los convocantes, tomaron la palabra Xabier Arin, compañero de trabajo de Jon Anza, y Gabi Mouesca. Durante las intervenciones, todavía podía verse llegar a manifestantes que habían conseguido pasar los controles de la Policía. De hecho, decenas de personas fueron incorporándose en el transcurso de la manifestación por lo que, al finalizar la misma, el número de participantes superaba ya los dos millares.

Férreos controles

Los férreos controles policiales fueron la tónica de la jornada en los pasos de Biriatu, Hendaia y Behobia. Desde las 10.30 de la mañana, la Guardia Civil controlaba ya el del puente de Santiago. Para las 13.00 todos los pasos estaban prácticamente cerrados tanto por la Policía española como por la francesa. Ciudadanos que intentaban pasar a pie o que, incluso, llega-ban en el topo eran obligados a volver sobre sus pasos. Hubo quien logró atravesar el Bidasoa en barco.

Numerosos autobuses que se dirigían, entre otros, desde Araba, Bilbo, Zarautz, Iruñea y otros puntos de Nafarroa a la ciudad labortana no pudieron llegar a destino. Bloqueados en la carretera, los ciudadanos a los que se les prohibía la entrada en Lapurdi durante 24 horas por «suponer un riesgo para la seguridad nacional», según rezaban unos documentos que les fueron ditribuidos, bajaban de los autocares y ocupaban los arcenes dando lugar a escenas que recordaban épocas pasadas en los que las «operaciones filtro» eran habituales. Una agencia de noticias daba cuenta de retenciones de 7 kilómetros a las 18.30 en el paso de la autopista, eso sí, sin mentar para nada la razón de las mismas.

Las importantes medidas de seguridad no se ciñeron a los pasos por carretera y tren, ya que la presencia policial fue visible durante todo el transcurso de la manifestación. Además, un impresionante contingente policial custodiaba la residencia ziburutarra de la ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie. GARA pudo contar hasta veinticinco vehículos policiales, casi todos furgonetas de CRS -e incluso un camión- en los alrededores de la casa de MAM. La Policía no llegó a cortar el tráfico en la zona pero permaneció desplegada y formada aún después de finalizada la movilización.

Era guztietako euskarriak desagerpenaa salatzeko

Militante donostiarraren desagerpena salatzeko era guztietako euskarriak baliatzen ari dira Euskal Herri osoan. Esaterako, bere lagun-talde batek posta zigilu berezia atera du, Anzaren argazkiarekin eta non den galderarekin. Estatu frantseseko La Poste posta zerbitzuak aukera ematen du zigiluak pertsonalizatzeko, eta horiek modu ofizialean erabiltzeko. Bestalde, Zarautzen igaro berri diren Euskal Jaietan egin ohi duten mobilizazioetarako "Xalbadorren Heriotza" abestiari hitz berriak jarri dizkiote Jon Anzari gertatutakoa azalduz eta non dagoen galdetuz.A.M..

«BRIGADA PEGATAS»

Precediendo a la marcha, varios manifestantes se dedicaron a pegar pegatinas con la foto de Anza por todo el recorrido en farolas, señales de tráfico, escaparates, puertas e, incluso, en las lunas de los coches.

viajero solidario

Al pasar ante la estación, un viajero que acababa de descender del tren empezó a saludar y a gritar «Gora Euskadi askatuta» desde el andén. Luego hizo parte del recorrido arrastrando las dos voluminosas maletas que portaba.

TURISTAS CURIOSOS

Muchos turistas que paseaban por las céntricas calles de la localidad costera se dedicaron a sacar fotografías de la movilización y a preguntar la razón de la misma. Algunos reconocían desconocer todo sobre el caso Anza.

Enérgica denuncia «del manto de silencio» sobre lo ocurrido

En la intervención final, los portavoces de los convocantes de la manifestación cargaron las tintas sobre la responsabilidad de los estados francés y español en el esclarecimiento de la desaparición de Anza. Aseguraron que «resulta incomprensible e increíble» que cinco meses después no haya noticia alguna.

Se dirigieron, en particular, a la actual ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie, recordando que ocupaba la cartera de Interior cuando se produjo la desaparición del militante. «¿A quién quiere hacer creer, señora ministra, que con los medios de que dispone sea incapaz de responder a la pregunta de donde se encuentra Jon?».

Añadieron que «es hora ya de romper el manto de silencio» sobre lo que le ha ocurrido al militante abertzale. «Ese silencio que resulta ensordecedor e insoportable es sinónimo de complicidad y avala nuestra hipótesis de que ha sido víctima de un secuestro político», manifestaron.

En referencia a Anza y a los otros militantes vascos desaparecidos («Pertur», «Naparra» y Popo Larre), incidieron en que «la ciudadanía en general y los abertzales en particular tienen la responsabilidad individual y colectiva de mantener viva la memoria, la tragedia de nuestro pueblo». Aseguraron que no renunciarán «a ninguna parcela de nuestra dignidad» y, apuntando el «deber de solidaridad hacia los desaparecidos y sus familias», afirmaron su «determinación» para exigir la verdad: «No cejaremos hasta saber lo que ha pasado».

Haciendo un símil con casos de desapariciones políticas en otros lugares del mundo (Chile, Argentina...) «que gobiernos y responsables políticos han solido denunciar», preguntaron si «los ciudadanos vascos son ciudadanos de segunda clase ya que sus desapariciones no provocan la misma reacción aunque sea evidente que son del mismo tipo».

Alertaron de que «las señales de la guerra sucia, el estigma del BVE y del GAL que en la década de los 80 causaron decenas de muertos en Ipar Euskal Herria, incluso no abertzales, vuelven a estar presentes» y apelaron sin ambages a los electos locales, en especial a los diputados y senadores vascos, a implicarse para esclarecer lo ocurrido con Anza.

Concluyeron sus intervenciones con «goras» a Anza y a Euskal Herria que fueron retomadas por los asistentes antes de entonar el «Eusko Gudariak». GARA

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