Imanol INTZIARTE

Grandes noticias para la Fórmula Uno, que el pasado martes veía, en un lapso de pocas horas, cómo se anunciaba el retorno a los circuitos de la prestigiosa escudería Lotus y cómo Sauber se salvaba de la quema, después de que la marca que le suministraba los motores, BMW, hubiera anunciado su retirada al final de esta campaña. La primera de estas dos nuevas ya es suficiente para que los apasionados de los bólidos exhiban una sonrisa. Lotus fue fundada por el ingeniero Anthony Colin Bruce Chapman en 1952. Sus monoplazas rodaron incansablemente por el asfalto desde 1958 hasta 1994. Chapman murió en 1982, dejando tras de sí una delicada situación financiera con el proyecto De Lorean, un modelo de coche deportivo conocido por su utilización en la trilogía cinematográfica «Regreso al futuro».

El historial de la escudería británica es impresionante: 491 Grandes Premios disputados, 79 victorias, 7 títulos de constructores y 6 de pilotos con Jim Clark (1963 y 1965), Graham Hill (1968), Jochen Rindt (1970), Emerson Fittipaldi (1972) y Mario Andretti (1978). El malogrado Ayrton Senna también defendió este escudo, entre 1985 y 1987.

«La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha acordado dar a la escudería Lotus la decimotercera plaza en el Campeonato 2010», rezaba el comunicado con el que se dio a conocer la noticia. Se suma así a las ya conocidas novedades de Manor, Campos et USF1. También Epsilon Euskadi peleaba por entrar en el grupo de los escogidos, pero cada vez parece una posibilidad más remota de cara a la próxima campaña.

El renacimiento de Lotus debe mucho a Malasia. En 1986, la compañía fue adquirida por General Motors y revendida en 1993 al grupo ACBN de Luxemburgo, que es una compañía controlada por el empresario italiano Romano Artioli, propietario también de Bugatti. En 1996, la mayoría de las acciones de Lotus fueron vendidas a Perusahaan Otomobil Nasional Bhd (Proton), empresa automovilística malaya.

Trece años después, empresarios asociados en el consorcio 1Malaysia F1 Team y el Gobierno malayo han decidido invertir juntos para sacar provecho de la imagen de este clásico. «No es un sueño, es la realidad. Malasia está en la Fórmula Uno y haremos todo lo posible para dejar nuestra huella», afirmó el primer ministro, Najib Razak. No serán los primeros. Sin ir más lejos, ahí está el caso de Force India, que patrocinado por el multimillonario Vijay Mallya exhibe orgulloso los colores de otro gigante asiático y que en las últimas carreras está además peleando incluso por la victoria.

La escudería, que utilizará motores Cosworth, tendrá su base en la instalación RTN de Norfolk (Inglaterra), a una quincena de kilómetros de la fábrica de coches de serie. RTN fue construido por Toyota para su programa inicial de la Fórmula Uno y luego utilizados por Bentley para su exitoso programa de Le Mans. El director del equipo, Tony Fernandes es el fundador y presidente de la Tune Group con sede en Malasia, y propietario de la aerolínea de Asia. El director técnico del equipo será el británico Mike Gascoyne, que cuenta con más de veinte años de experiencia en la máxima competición y ha trabajado para Force India, Toyota, Renault y Jordan.

Además, se construirá un gran centro de investigación y fabricación cerca de Sepang, circuito en el que se lleva a cabo el Gran Premio de Malasia. En él trabajarán en torno a doscientos ingenieros y técnicos, explicó el primer ministro Razak.

Podría haber catorce equipos

El fabricante alemán BMW anunció a finales de julio que abandonaba la competición, argumentando «una nueva dirección estratégica de la empresa». Pero cuando el equipo BMW Sauber parecía destinado a la desaparición, el grupo suizo Fonds Qadbak Investments llegó el martes a un acuerdo con los germanos para la compra de la escudería. Según la información publicada, este grupo representa los intereses de diversas empresas de Oriente Medio con bases en Europa, y al frente de la misma se encuentra el helvético Lionel Fischer. La operación ha sido cifrada en unos 80 millones de euros.

El problema podría radicar en que esta venta se produjo poco después que la FIA anunciase que Lotus sería el decimotercer equipo de la parrilla en 2010, sustituyendo precisamente a BMW Sauber. No obstante, no parece que esto vaya a suponer ningún obstáculo, más teniendo en cuenta en que hubo un momento de la temporada en que parecía que -entre retiradas y cismas con la FOTA- sólo iban a seguir unos pocos conjuntos. «La FIA estima que sería bueno que hubiera catorce equipos en la parrilla. Consultará con las escuderías existentes con el objetivo de realizar un apropiado cambio en la reglamentación», apuntó el organismo internacional. Y aquí paz y después gloria, cabría añadir.

Una leyenda que retorna, uno que se iba pero que al final se queda, nuevas escuderías que se suman y varias en lista de espera, una parrilla más amplia que nunca... Ni los más optimistas lo hubieran dicho.