Por minutos de la basura se entienden aquellos finales que en el baloncesto los entrenadores destinan con los partidos sentenciados a dar entrada a los menos habituales para dar descanso a los titulares. En Anoeta la Real se ha empeñado en tirar a la basura los minutos más importantes, que son los de las primeras partes en los que los blanquiazules deberían conseguir que los rivales les respeten y sientan que sacar de Anoeta algún punto será complicado.

Los primeros tiempos de los tres partidos disputados por la Real en el estadio han sido pésimos y eso ha provocado que los rivales jueguen con confianza y comodidad y que los blanquiazules se muevan angustiados y acelerados porque tienen el reloj y el marcador en contra.

Y en lugar de dar los minutos más importantes a los jugadores que pueden ofrecer más consistencia al equipo, Martín Lasarte puso ayer de inicio a dos hombres como Sergio y Johnatan cuyo rol debería estar, hasta que demuestren lo contrario, en jugar las últimas medias horas con los rivales cansados para hacer valer sus destellos de calidad. Porque el colombiano necesita el banquillo hasta por su bien y el riojano físicamente no puede aguantar un partido aunque se limite a trotar en lugar de correr. Si a eso se añade que Johnatan Estrada es un desastre en defensa y a Xabi Prieto no se le puede pedir que pierda su frescura en esa tarea cuando es el único que aporta luz en ataque en el centro del campo por el que se ha apostado en este inicio liguero es imposible jugar con la intensidad y la agresividad que se buscaba con la llegada del técnico uruguayo.

Dentro de un reparto equivocado de roles, se empeñan en adjudicar a Elustondo un papel de organizador que no puede desarrollar y se olvida de ejecutar el trabajo, sobre todo sin balón, que sí puede hacer bien. Y si se convierte en indispensable a un jugador como Rivas que es un problema para jugar en una alfombra de las dimensiones y calidad de Anoeta se tiene un cóctel en el centro del campo que no ayuda nada a jugar bien.

Pero lo más desalentador es que con muy poco fútbol, sólo con la calidad de Xabi Prieto y Agirretxe, el usurbildarra marca dos goles, ya lleva cuatro, y no sirven para ganar un partido en Anoeta porque lo peor de este equipo en el inicio liguero no son sus problemas en ataque en casa, sino su trabajo defensivo, que es el causante en buena parte de ese pobre juego ofensivo.

Goles en momentos claves

Porque para un partido en el que uno de los dos laterales aprieta a un rival cuando recibe el balón, otro lateral, Galán, se fue de Sarasola en el centro del campo y no hubo una triste ayuda en 40 metros para enmendar la situación. Porque Johnatan no termina de entender que debe seguir a los laterales derechos rivales, que esperan impacientes su partido contra la Real para pedir a sus agentes que aseguren el vídeo para promocionarlos. En esa acción Kiko Ratón empezó su demostración de cómo se debe sacar provecho a la envergadura.

Eso que el equipo blanquiazul había comenzado bien con el estilo de fútbol recomendable en Anoeta. Presionó arriba la salida del balón del Girona y sólo con eso tuvo una clara opción en un balón que recuperó Xabi Prieto y con un solo toque asistió a Agirretxe, que intentó la vaselina cuando quizás era más conveniente controlar el balón y elegir otra fórmula para definir.

Pero esa intensidad inicial sólo duró diez minutos porque son necesarios en las posiciones más avanzadas jugadores como Nsue, Aranburu, Zurutuza y Bueno para acompañar a Agirretxe y Prieto. Con la línea de tres de ayer no se puede presionar ni arriba ni abajo. Y para presionar un equipo tiene que estar más junto, no puede ser que Sarasola no reciba ninguna ayuda en la jugada del gol. La responsabilidad principal de esa acción es de Johnatan, pero si el colombiano no es capaz de ayudar en defensa ni para seguir a su lateral, habrá que buscar alternativas cuando Lasarte insista con él. Son los medios centros los que deben hacer bien ese trabajo y sería mejor que a Elustondo se le pida más en esa función de tapar agujeros en la banda izquierda que se le pretenda colocar la batuta de director de orquesta cuando las respon- sabilidades en la Real deben asumirlas Xabi Prieto y Aranburu, que para eso son los capitanes y los jugadores que más cobran. Porque son los mejores.

Viqueira (Xerez) es el único medio centro que puede encajar en la etiqueta de organizador que se le quiere adjudicar a Elustondo que ha jugado en los seis equipos que han subido a Primera en los dos últimos años. La mitad de los equipos de la máxima categoría no tienen jugadores de estas características y en Donostia el personal se empeña en buscar alguno bajo las piedras. Es el problema que se tuvo en la banda izquierda porque se pedía a Barkero y a Gabilondo que hicieran algo único como lo que hacía De Pedro. Y se quiere que Elustondo juegue como Xabi Alonso y eso es imposible. Y luego se lo pedirán a Ros, a Illarramendi...

Elustondo es un buen jugador con muchas facultades. Sabe colocarse bien, puede presionar mucho mejor de lo que hace, va bien por arriba, es buen pasador -en corto más que en largo- y encima sabe llegar al área. Pero se le pide lo que no puede hacer y no hace lo que debe, porque no sólo no ayudó a Sarasola, tampoco presionó bien a Peragón en el 1-2. Y los dos goles fueron en momentos claves y un equipo como la Real no puede permitir que un rival muy limitado marque por vez primera dos goles esta Liga en Anoeta.

Cada tanto aumentó la confianza y la tranquilidad del Girona y la ansiedad y el nerviosismo de la Real, que permitió tras el 0-1 a Moha y Kiko Ratón dos opciones claras que desbarató Bravo al minuto de encajar el gol. Aunque un centro mal dirigido por Sergio golpeó en el larguero, el Girona dispuso de más opciones de gol, con siete remates en el primer tiempo por sólo dos de una Real que no veía la fórmula de llegar al área rival con un mínimo peligro y que cuando podía hacerlo buscaba siempre el pase más complicado o el más desacertado.

Así terminó el primer tiempo con una fuerte pitada de Anoeta a su equipo, pero más que los pitos fueron los cambios de Lasarte los que cambiaron el signo del partido tras el descanso.

Dos cambios providenciales

La Real agradeció la entrada de Aranburu y Griezmann tanto como la retirada de Rivas y Johnatan. Aunque esté a un 50% de su nivel, el talento y la verticalidad del azpeitiarra fue clave en el origen que permitió a Sergio combinar con Xabi Prieto, que recibió un balón donde debería hacerlo habitualmente, en los últimos 20 metros, para dar el centro que Agirretxe aprovechó.

Luego fue Griezmann el que fabricó una buena jugada que el usurbildarra no pudo enviar a la red y al juvenil le faltó poco para culminar una gran acción de Xabi Prieto. La Real jugaba sus mejores minutos, pero su mal primer tiempo le empujaba a una dinámica peligrosa. Buscó la victoria con demasiada ansiedad, el equipo se rompió y el partido estuvo demasiado abierto. Peragón aprovechó una mala presión para marcar su gol. Es lo primero que debe corregir la Real. Cuando un blanquiazul recibe el balón tiene un rival pegado y otro a la espera para ayudarles. Cuando lo tiene un rival sólo hay un blanquiazul que le marca a una distancia demasiado grande sin nadie para arroparle. Y para una vez que van tres a presionar a Peragón... ninguno le sigue al darse la media vuelta.

Agirretxe fue capaz de marcar un segundo gol en un centro de Elustondo, pero ni tras ese tanto se vio cerca la victoria porque el Girona atacaba con más peligro y por eso el punto hay que darlo casi por bueno por culpa de una primera parte que fue un lastre que condicionó la segunda.