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El anuncio chino de reducción de emisión no resucita la cumbre del cambio climático

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El presidente chino, Hu Jintao, se comprometió ayer ante la ONU a reducir notablemente las emisiones de gas de efecto invernadero en relación al crecimiento económico hasta 2020 para situarse en niveles similares a los de 2005.

«Vamos a reducir notablemente nuestras emisiones de dióxido de carbono (CO2) por cada punto de crecimiento económico de aquí a 2020 para llegar al nivel de 2005», declaró Hu ante la cumbre de la ONU sobre el cambio climático.

«En segundo lugar, vamos a desarrollar vigorosamente las energías renovables y la energía nuclear», añadió en una intervención que había despertado enorme interés.

«Vamos a aumentar la parte de las energías no fósiles en el consumo del país a cerca del 15% de aquí a 2020», precisó también Hu.

China se ha convertido en el primer emisor de gases de efecto invernadero del mundo, superando a EEUU. Entre los dos acumulan el 40% de las emisiones mundiales de CO2.

El presidente de EEUU, Barack Obama, también se mostró dispuesto a actuar contra el cambio climático, al tiempo que reconoció que «queda lo más duro por hacer» antes de la conferencia de Copenhague de diciembre.

«La amenaza que representa el cambio climático es grave, urgente y creciente», dijo Obama en la cumbre. «Las generaciones futuras van hacia una catástrofe irreversible si la comunidad internacional no actúa de manera audaz, rápida y conjunta», añadió el presidente de EEUU.

«Comprendemos la gravedad de la amenaza climática. Estamos determinados a actuar. Y haremos frente a nuestras responsabilidades ante las generaciones futuras», prometió el presidente de EEUU.

Sin embargo, más allá de las bonitas palabras, Obama hizo frente a la presión de los países europeos para que EEUU anuncie como objetivo la reducción de sus emisiones de gas de efecto invernadero hasta los niveles de 1990 antes de 2020. En cualquier caso, en Nueva York no se esperaba un anuncio de este tipo por parte de Obama, ya que tiene las manos atadas por el Congreso.

La resistencia de algunos países ricos, como EEUU, a aceptar compromisos ambiciosos y la de las potencias emergentes como China o India a someterse a restricciones hacen temer que en la cumbre de Copenhague, que tiene como objetivo suscribir un nuevo protocolo que sustituya al de Kyoto, se produzca un nuevo fracaso. «No hay que hacerse ilusiones, nos queda lo más difícil por hacer antes de llegar a Copenhague», reconoció Obama.

El presidente de EEUU recurrió a la crisis económica mundial para destacar que multiplica las dificultades. Pese a ello, asumió la responsabilidad de los países ricos de dar ejemplo y de ayudar financieramente a los menos desarrollados a contribuir a la lucha contra el calentamiento y avanzó que defenderá la supresión de las subvenciones a los carburantes en la cumbre del G-20 de Pittsburgh.

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