Dentro de la semana europea de la movilidad, ayer celebraron en diversos lugares de Euskal Herria el Día sin Coches. Una vez más, lejos de apartar los vehículos motorizados de la carretera, destacaron las reivindicaciones que exigen mejorar el transporte público y habilitar las ciudades para poder moverse en bici.

En Bilbo, bajo el lema «!Bilbao, sin mi coche!» el Ayuntamiento escogió una zona de la ciudad «para experimentar los beneficios de un día sin coche». En concreto, cerraron la calle Astillero del barrio de Zorrotza por un día. Con motivo de esta jornada institucional, la Asociación Vecinal de Zorrotza denunció que «el barrio necesita un servicio rápido y frecuente de transporte público». Además, el grupo municipal de la izquierda abertzale criticó la «hipocresía» que rodea a este tipo de fiestas, al tiempo que tildó de «nefasta» la política del PNV e IU para con el transporte urbano.

Por su parte, el grupo Ekologistak Martxan denunció «las contradicciones entre los discursos de movilidad sostenible y las políticas reales, que siguen apostando por vender más y más coches y facilitar su uso en nuestras ciudades y zonas metropolitanas». Así, ofrecieron ayer un desayuno para cicloturistas en la plaza Moyua y por la tarde recorrieron la ciudad en bici.

El grupo ecologista también denunció que el Ayuntamiento de Iruñea no se sumara al Día Sin Coches. Así, peatones y cicloturistas se concentraron en la Plaza de Merindades a favor de «unas verdaderas políticas de movilidad sostenible». En la misma plaza, el Ayuntamiento ha colocado un termómetro gigante simulando estar roto por las altas temperaturas y ha teñido de rojo los chorros de agua de la fuente.

Además, en Gasteiz «con el fin de concienciar y mostrar las ventajas del cierre al tráfico privado de determinadas calles» se realizaron diversas actividades impulsadas por el Ayuntamiento en la Virgen Blanca.