Las movilizaciones celebradas ayer en Basauri e Iruñea reflejan el día a día de un país donde miles de trabajadores están saliendo a la calle en defensa de sus puestos de trabajo. En la localidad vizcaina cerca de doscientos trabajadores de Outokumpu, que el día 14 entró en concurso de acreedores y el 18 cerró sus puertas, se concentraron ante el Ayuntamiento para exigir que no se cierre la fábrica. En Iruñea, la plantilla de Comansa se concentró frente al Parlamento contra el despido de 90 trabajadores que prevé la empresa.