Nerea GOTI I

Ante una abarrotada sala -no en vano se había citado a casi 600 profesionales de la gestión de empresas- Alfredo Sáenz, consejero delegado y vicepresidente segundo del Grupo Santander abrió la jornada sobre la crisis organizada por Deusto Business School, proyecto que él mismo preside, con una alocución que tituló «Generando crecimiento en el nuevo entorno».

De hecho, su intervención se centró en avanzar qué puede pasar en los próximos meses y cómo se generará crecimiento. «La desaceleración era inevitable e incluso sana» sentenció en el arranque de su intervención, para subrayar que después de un crecimiento demasiado rápido basado en excesos de crédito era necesario un ajuste, «una fase de normalización», en la que a su juicio ya «hemos entrado» y que va a ser larga y costosa. «Una carretera con baches», según ejemplificó.

El consejero del tercer banco del mundo por beneficios, explicó que el ajuste implica necesariamente reducir la deuda, que debe producirse en el menor tiempo posible y que el mercado de crédito tiene que volver a funcionar. Subrayó prioridades como sanear el balance, la prudencia o la gestión de eficiencias, al tiempo que apuntó una idea en la que incidieron los ponentes que le sucedieron: la crisis es un terreno sembrado de oportunidades.

Sáenz puso el acento en los estímulos públicos. Subrayó que no se pueden conceder ayudas públicas «a cambio de nada» y reiteró que «las entidades rescatadas no pueden recibir un trato de favor que se pueda traducir en ventajas competitivas injustas». Insistió en que «ser imprudente no puede ser gratis».

Tras poner como ejemplo el negocio del Grupo Santander, destacó que las claves son un balance fuerte y sólido, un buen equilibrio entre los mercados maduros y emergentes, un buen negocio con los clientes y la diversificación geográfica: 15.000 oficinas en todo el mundo.

Al experto en negocio bancario le sucedieron cuatro ponentes en representación de otros tantos sectores económicos para abordar desde cada uno de ellos cómo sobrevivir a la crisis. Todos destacaron la necesidad de transformación para adaptarse no ya a las dificultades económicas sino al nuevo panorama, sobre el que coincidieron en destacar la relevancia de economías emergentes como China, Brasil o India.

La energía nuclear

Andrés Arizkorreta, consejero delegado de CAF, puso sobre la mesa la realidad del sector industrial y de bienes de equipo, con una evolución desigual y peor balance para los subsectores de Construcción y Automóvil y mejor para el de componentes. Incidió en que hay que aparcar el concepto de exportación y apostar por la internacionalización, a la vista de las políticas proteccionistas de los mercados del entorno.

Desde la perspectiva de las TICs (Tecnologías de Información y de Comunicación) y Consultoría, el presidente de Ibermática, José Luis Larrea, resaltó la importancia de la innovación entendida como un proceso en lugar de como algo puntual y apostó por cuestiones como los valores, la trecnología, el conocimiento y la cooperación, sin perder de vista el tiempo. «Hay que hacer las cosas rápido en este mundo global», manifestó.

Al presidente delegado de Tubacex y consejero delegado de Iberdrola Renovables, Alvaro Videgain, le tocó hablar del sector energético y sobrepasó los 15 minutos acotados a cada intervención para hacer un alegato en favor de la energía nuclear y afear la conducta del Gobierno español.«En España tenemos un problema», dijo, y añadió que «hemos perdido otro tren como no reaccionemos». Alabó la energía nuclear, porque a su juicio, es limpia, segura hoy en día y representa una fuente de empleo y riqueza que otros están sabiendo exprimir. «Vamos a quemar carbón nacional, que emite más CO2 y van a cerrar la única central que no emite CO2», protestó.

Videgain sentenció que el sector de la energía va a seguir creciendo y destacó que es un terreno de oportunidades.

Pedro Luis Uriarte, presidente de Innobasque, resaltó que no existen empresas de futuro, sino empresas con capacidad de innovación y personas con liderazgo y subrayó que «tenemos que atraer talento» y cuidar los que ya poseemos. Uriarte indicó que «necesitamos personas en el ámbito de la ciencia y de la tecnología que confluyan con las empresas».