Todos los defensores de los menores de la tierra deberían proteger a niños y niñas de las programaciones de los horarios protegidos. No hay momentos más perjudiciales para su salud mental, para su formación como ciudadanos que los dedicados de manera específica a niños y niñas. No se pueden cometer más atrocidades contra niños y niñas que someterles a sesiones de diez minutos de anuncios con productos directamente dirigidos a ellos. Esa es la indefensión mayor que existe en toda la parrilla, la retahíla de anuncios con productos de ocio, de entretenimiento, supuestamente didácticos que transmiten mensajes sexistas de manera reincidente y perpetua.

Se trata de un trabajo sistematizado muy demoledor que empieza con una comedura de coco cromática, se apoya en cancioncillas de mal gusto, ripiosas y ñoñas, se acompaña, de movimientos de juguetes imposibles, o sea, de mentiras y falsedades que van provocando una estratificación en la mente de los más pequeños que les prepara para el mundo del consumo desaforado, los rosas femeninos y los azules masculinos, la violencia sublimada, las cocinitas y muñecas y así sucesivamente.

Indudablemente, una procacidad en cualquier programa del corazón o aledaños es bastante más asumible por los pequeños que la insistencia en estos lenguajes empobrecidos y alienantes. Y no me meto con las series, ni espacios específicos, porque hay mucho que desgranar, pero sí con lo que importa a la industria, los anuncios, que se repiten en todas las cadenas, en todos los idiomas, en los mismos horarios y que los fines de semana aumentan de manera exagerada en la franja horaria en la que el electrodoméstico esencial se convierte en niñera electrónica.

Está claro que los niños no pueden comprarse directamente los juguetes. Y es todavía más claro que ningún niño va al super a buscar sus pañales más baratos, por lo tanto es un lenguaje que contagia a los tutores que se excusan en sus hijos para comprar esos productos que recomienda un anuncio con niños vestidos de indios de película del oeste reaccionaria identificándose como «pieles secas». ¿Lo pillan? Esa compresa de marca absorbe las aguas menores y bloquea las mayores.