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Ricardo Ortega Presidente de la Mancomunidad de San Marcos

Apuesta firme por la salud pública

Saben que cambiando el sistema de recogida actual por el de puerta a puerta la solución está asegurada. Los datos, objetivos, no dan lugar a interpretaciones. Dice el señor Ormazabal que han estudiado diferentes modelos en otras zonas del mundo, cita el norte de Italia, Flandes. Usurbil, estando a 11-12 kilometros de la Diputación, no ha suscitado el más mínimo interés en él

Carlos Ormazabal, presidente del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, asegura que apuesta por el compostaje. No nos dice ninguna mentira, pero se le «olvida» acabar de contarlo todo. Se le olvida decir que apuesta «poco» por el compostaje y mucho por la incineración, se le olvida decir que no tiene ninguna confianza en la ciudadanía de Gipuzkoa.

¿Por qué apuesta «poco» por el compostaje? Porque con la excusa de la calidad de la orgánica promociona un sistema de recogida selectiva de la orgánica en que participa muy poca ciudadanía. Concretamente sólo entre el 13 y el 21% de los habitantes que tienen acceso al quinto contenedor con llave realizan la aportación voluntaria de la materia orgánica, según datos de la Diputación de Gipuzkoa. Ciertamente la calidad del material es muy buena y las cantidades aportadas por los vecinos están entre 150 y los 300 gramos/habitante y día. Pero si tenemos en cuenta toda la población censada en el barrio o en el municipio donde se ha dado la experiencia, se recogen solamente alrededor de 30 gramos/habitante y día, cuando según los propios datos de la Diputación, el 33% de los Residuos Urbanos (RU) son orgánica compostable, es decir 420gramos/habitante y día.

¿Cuántas autocompostadoras ha distribuido la Diputación en cinco años de campaña en el ámbito de la Mancomunidad de San Marcos? 1.200. En 2009 ninguna. En cambio, en tres meses de campaña en Usurbil se han repartido 450 y hay más de 100 familias en lista de espera porque la Diputación no facilita más. Apuesta firme la del señor Ormazabal por compostar. ¿Y por qué actúa de este modo Carlos Ormazabal? Porque su apuesta firme es la de la incineradora, porque quiere hacernos creer que a pesar de los pesares la incineración es imprescindible.

¿Por qué apuesta «mucho» por la incineración? Porque dimensiona la incineradora de Gipuzkoa con una capacidad para 213.000 toneladas anuales de RU (+34.000 para lodos de depuradora) cuando según su propia caracterización los materiales no reciclables suman poco más de 4.000T. Es decir, está dimensionada para que queme orgánica compostable, papel/cartón, envases, fangos de depuradora (que se podrían compostar para producir biogás). Es de sentido común, y más en tiempos de crisis, no quemar lo que se puede reciclar, no quemar materia prima aprovechable. No cuestiona desde ningún punto de vista, ese contenedor de rechazo situado en la vía pública, que traga todo lo que se le eche, responsable de la fuga y mezcla de materiales reciclables, imposibilitando su recuperación.

El señor Ormazabal sabe a ciencia cierta que mientras no cambie de sistema de recogida el problema de los residuos perdurará, tanto a nivel de volumen como a nivel de salud pública. El señor Ormazabal no puede decidir sobre la salud de nosotros y nuestros hijos. Desde San Marcos creemos que nadie, ni siquiera el señor Ormazabal tiene derecho a jugar con nuestra salud.

El señor Ormazabal sabe que cambiando el sistema de recogida actual por el de puerta a puerta la solución está asegurada. Los datos, objetivos, no dan lugar a interpretaciones interesadas. Dice el señor Ormazabal que han estudiado diferentes modelos en otras zonas del mundo, cita el norte de Italia, cita Flandes. Usurbil, estando a 11-12 kilómetros de la Diputación, no ha suscitado el más mínimo interés en el señor Ormazabal. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Mientras tanto coarta la autonomía de los ayuntamientos obligándoles a pagar la incineradora aunque no la utilicen y no ofrece capacidad de tratamiento de la material orgánica si ahora mismo quisieran empezar a recoger puerta a puerta, como van a hacer en breve Oiartzun y Hernani. Es decir, asegura que cada ayuntamiento es libre de elegir el tipo de recogida que desee, pero de antemano los ahoga económicamente. Rara manera de entender la libertad.

¿Por qué no tiene ninguna confianza con la ciudadanía de Gipuzkoa? Porque asume que la mayor parte de la orgánica no es accesible, es decir, presupone que la gente no va a querer reciclar, cuando en Usurbil se ha conseguido que se recoja 10 veces más orgánica y de la misma calidad que con el quinto contenedor con llave. Los guipuzcoanos y guipuzcoanas somos gente responsable, adulta, que queremos hacer las cosas bien, queremos reciclar pero para ello la Diputación debe poner los recursos de los que dispone. ¿Por qué apostar por una falsa solución que pone en riesgo nuestra salud, si, además, existen soluciones respetuosas con el medio ambiente?

Y no se puede acabar sin contarlo todo sobre el mito de «¿qué hacemos con el compost?» y del «¿qué hacemos con los que no se puede reciclar?».

¿No hay necesidades de compost? Si es así, ¿por qué hay varias empresas privadas que se dedican a producir y comercializar compost en Gipuzkoa , en algunos casos importando materia prima de Polonia? ¿Cuántos particulares, jardineros, ayuntamientos compran sacos de compost en los centros comerciales y tiendas de jardinería? ¿Dónde está un estudio comercial riguroso con cifras y no lleno de tópicos? Además de las necesidades en jardinería, Gipuzkoa tiene un serio problema de pérdida de materia orgánica en los montes por las prácticas de silvicultura, como vienen denunciando desde la UPV.

Preguntar qué hacemos con lo que no se puede reciclar para justificar que no hace falta reciclar casi nada y así potenciar la incineradora es hacerse trampas en el solitario. La incineradora no elimina los vertederos, de hecho necesita vertederos de residuos peligrosos. Un volumen cercano al 30% de residuo en masa. Con el puerta a puerta se necesaria un volumen de vertederos similar, si no más pequeño, pero de residuos no peligrosos. ¿Es necesario tanto viaje para acabar en el mismo punto, pero produciendo más materia tóxica y peligrosa? Apostemos por la salud, el medio ambiente y el reciclaje.

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