El búho y la gatita se reencuentran en Nueva York
«Si la cosa funciona»
Después de su etapa europea de cuatro películas, Woody Allen regresa al Nueva York de sus comedias de antes con un guión escrito en los años 70, y que ahora adapta a la personalidad del actor Larry David, que así se convierte en su nuevo «alter ego». La estrella del humor televisivo encarna en «Si la cosa funciona» a un viejo y maniático intelectual enamorado de una joven pueblerina. La propuesta ha sido bien recibida por la crítica norteamericana.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Creo que casi todos los problemas que tiene Woody Allen vienen de su empeño en rodar todos los veranos y, claro, para llevar un ritmo de producción tan prolífico hay que sacar o coger ideas de donde sea. Actualmente, el cineasta neoyorquino tiene pendiente el juicio por plagio de su anterior comedia «Vicky Cristina Barcelona». La cosa va en serio, porque ya han llamado a declarar a su hermana Letty Aronson, que es su mano derecha y productora asociada de las películas que rueda con otras compañías, últimamente europeas.
Está comprobado que Letty Aronson tuvo una reunión con la antigua distribuidora catalana Lauren Films para adaptar la novela de Alexis de Vilar «Goodbye, Barcelona», así que el escritor no anda desencaminado cuando afirma que «Vicky Cristina Barcelona» es el mismo proyecto, recogido finalmente por Jaume Roures y Mediapro, aunque saltándose la obligación de pagar derechos de autor. Nadie puede alegar que la novela no fuera conocida, ya que en 1.987 fue finalista del Planeta y del Plaza&Janés.
Me extraña, conociendo la propensión de Woody Allen a hacer suyos materiales ajenos, que nadie haya caído en los parecidos de su nueva comedia «Si la cosa funciona» con el clásico del género de 1.970 «La gatita y el búho». Esta maravillosa comedia de Herber Ross, una de mis preferidas gracias a la música del grupo Blood, Sweat & Tears en la banda sonora, era una adaptación cinematográfica de la exitosa pieza teatral de Bill Manoff a cargo del gran guionista Buck Henry.
Estaba interpretada por Barbara Streisand y George Segal, que sabían resultar antitéticos como la historia exigía, pero intentado ratificar la teoría de que los polos opuestos se atraen, junto con la certeza de que en la vida real los intelectuales también caen rendidos ante mujeres vulgares o ignorantes pero con un encanto especial. ¿Por qué Woody Allen ha tardado tantos años en llevar a la pantalla el guión que escribió en aquella época, en los años 70? Es como si hubiera tenido que esperar a que el público se olvidara de un tema tan presente entonces. El argumento estaba inicialmente pensado para ser protagonizado por el genial cómico Zero Mostel, con el que había trabajado en «La tapadera» y, sin embargo, quedó relegado durante los treinta años siguientes.
La razón que Woody Allen esgrime para haber rescatado el guión de «Si la cosa funciona» del cajón donde permanecía cogiendo polvo, es la de que por fin ha encontrado al actor perfecto para interpretarlo. Por otra parte, después de su irregular etapa europea de cuatro películas rodadas en el exilio voluntario, necesitaba una buena excusa para volver a los ambientes neoyorquinos que caracterizaron su obra anterior.
El planteamiento ha funcionado bien de cara a la crítica norteamericana, que ha recibido la película con optimismo; no así el público, que sigue dándole la espalda. La baja recaudación lo dice todo, pues «Whatever Works», que ese es el título original, ha hecho en la taquilla de los EEUU cinco millones de dólares, frente a los quince que ha costado. En cualquier caso es algo que entraba dentro de los cálculos previos, debido a que la inversión deberá ser recuperada una vez más en las salas europeas, mucho más fieles a Woody Allen.
La crítica norteamericana ha puntuado bien «Whatever Works» porque esencialmente está de acuerdo con la elección del actor Larry David, al que reconoce como el perfecto alter ego de Woody Allen quien, dada su avanzada edad, prefiere ya refugiarse detrás de la cámara y delegar la actuación en otros. El cineasta ya se había fijado en él anteriormente, incluyéndolo como secundario dentro de los repartos colectivos de «Días de radio» e «Historias de Nueva York». Pero ha sido la posterior trayectoria de Larry David la que le ha llevado a elegirlo como protagónico, tanto en cuanto el actor creó para la serie «El show de Larry David» un tipo de personaje muy «alleniano», así que es lógico que esa influencia sea ahora devuelta a su punto de partida. De hecho, Larry David ya mostraba tal manera de ser maniática en sus intervenciones en la aclamada serie de humor «Seinfeld», de la cual es co-creador.
Larry David es en «Si la cosa funciona» Boris Yellnikoff, un viejo e insoportable cascarrabias, cuyo pesimismo crónico le hace desconfiar del género humano. Hipocondríaco y misántropo, no puede resultar más «alleniano», incluso en sus contradicciones. A pesar de sus manías e incurable escepticismo, no deja de ser un ser apasionado, lo que termina convirtiéndolo en un excéntrico entrañable. Sus intentos de suicidio, provocados porque no soporta la mediocridad que le rodea desde su condición de excandidato al premio Nobel, no le impiden tener debilidades y enamorarse de una chica mucho más joven, que es todo lo contrario. La relación de éste último aspecto de su personalidad con la de Woody Allen resulta ya más que evidente, con la circunstancia añadida de que fue la propia Soon-Yi quien le recomendó a la actriz veinteañera Evan Rachel Wood para el papel. El cineasta neoyorquino, sabedor de que la unión entre el sesudo urbanita y la torpe chica pueblerina no da para sostener la película entera, acierta a arroparlos con estupendos característicos interpretados por solventes profesionales como Patricia Clarkson y Ed Begley Jr., que encarnan a los padres de ella.
Woody Allen se encuentra en estos momentos en pleno rodaje de su último filme, aún sin título, en las calles de Londres, donde confiesa que ya no busca la perfección en sus creaciones, sino que se conforma con «no avergonzarse» de ellas.
T.O.: «Whatever Works».
Dirección y guión: Woody Allen.
Intérpretes: Larry David, Evan Rachel Wood, Patricia Clarkson, Ed Begley Jr.
País: EE.UU., 2009.
Duración: 92 minutos.
Las actrices a las que hemos visto crecer en la pantalla, porque empezaron en la interpretación siendo muy niñas, proyectan sobre nosotros una inevitable familiaridad. Es por eso que nos alegramos tanto de los éxitos de Evan Rachel Wood, a la vez que caemos en la cuenta de que ya no es tan pequeña, que se ha hecho una mujercita. Parece que fue ayer cuando la descubrimos en «Prácticamente magia», la película de Griffin Dunne que rodó con diez añitos.
Sin tiempo para darnos cuenta, se convirtió en la adolescente de «Thirteen», en la que Catherine Hardwicke retrató tan bien a las chicas de hoy en día, dentro de la problemática de las familias desestructuradas o disfuncionales. Puede que hiciera de ella misma, teniendo en cuenta que Evan Rachel Wood se ha visto marcada en su vida personal por la ausencia paterna, y así lo reflejaba con tanta autenticidad en la reciente «El luchador», donde Mickey Rourke era el padre irresponsable que llamaba a su puerta arrepentido, intentando recuperar su cariño.
Los paralelismos entre la realidad y la ficción se extienden asimismo a su predilección por los hombres maduros, explotada oportunamente por Woody Allen en «Si la cosa funciona». Todo viene a cuento de la mediática relación que ha mantenido con el cantante Marilyn Manson, dieciocho años mayor que ella, y que ha terminado de forma escandalosa por culpa de él, que no ha sabido encajar la ruptura, dando rienda suelta a sus fantasías autodestructivas y suicidas. Protagonizó para el siniestro cantante el vídeo-clip «Heart-Shaped Glasses» (Gafas en forma de corazón), concebido a modo de homenaje a la Lolita de Kubrick-Nabokov. De dicho emparejamiento le ha quedado a la actriz su faceta de cantante, habiendo publicado un disco con el sello de Manson. En el cine la hemos oído cantar en «Across the Universes», el musical de Julie Taymor consagrado a las canciones de los Beatles. La realizadora va a volver a dirigir a Evan Rachel Wood en otro musical, esta vez inspirado en Spider-Man. Ella será Mary Jane Watson, la novia del Hombre-Araña. No acaban ahí sus muchos proyectos, ya que también ha solicitado sus servicios Zack Snyder, que prepara otra de sus creaciones con estética de cómic, la cual se titulará «Sucker Punch», y en la que la joven estrella de veintidós años deberá hacerse pasar por una demente que trata de huir de la institución psiquiátrica donde permanece recluida.M. I.
Parece que el papel del misántropo estaba escrito para Larry David, pero en realidad Allen lo escribió para Zero Mostel. El director dejó de lado el guión tras la muerte de Mostel pero, recientemente, pensando que era una idea simpática, decidió revivirlo.