Eszenak
El sabor de los albaricoques
Josu MONTERO | Escritor y crítico
Caos» se titula la película que sobre la figura del dramaturgo y escritor Luigi Pirandello, y sobre algunas de sus ficciones, realizaron en los años 80 los hermanos Taviani. Caos. Y es que allí donde antes parecía haber orden y coherencia, Pirandello sólo percibió caos. Y así nos lo transmitió en sus obras. El sentido del mundo queda suspendido de manera radical. Es por eso uno de los primeros representantes del que es probablemente el rasgo más definitorio del arte del siglo pasado: el extrañamiento. La relación del individuo con el mundo es de extrañeza, de perplejidad, y hasta la propia identidad se tambalea, cae y se rompe. Nos enfrentamos a una realidad incoherente desde una identidad precaria. En última instancia la verdad no existe, no es sino una construcción social. Es quizá por eso que nos resulta tan moderno Pirandello. Como lo son Kafka o Beckett. La tragedia ya no es pues posible, todo queda reducido a la farsa.
Pirandello clavó su cuchillo en el vientre del teatro y lo rajó de parte a parte; su afán fue desenmascarar la ficción escénica y sus artificios. Procede así a la demolición de las convenciones teatrales desde dentro. Y no sólo en la famosa «Seis personajes en busca de autor», aún más en «Cada cual a su manera» o en «Esta noche se improvisa». Se rompe la cuarta pared, la vida verdadera irrumpe en el espacio escénico, la realidad entra en la ficción como un elefante en una cacharrería y la hace fosfatina; pero una realidad, claro, que también es ficción. Los personajes son además actores, seres humanos abandonados a su suerte y que pugnan inútilmente por dotar a su historia de significado. El autor es incapaz de recomponer una interpretación global que dé sentido a las vidas de los personajes. Éstos son ahora fragmentos de un todo inexistente. El autor no puede ser ya un demiurgo omnisciente. Y el arte no puede sino abdicar en su pretensión de búsqueda de la Verdad, porque ésta no existe.
En estas obras Pirandello -que fue director del Teatro D´Arte de Roma- anticipó lo que iba a pasar en el teatro del siglo XX. Anulado el autor, el director es sólo capaz de recomponer esos fragmentos de sentido estéticamente, el teatro queda reducido a un juego de apariencias, a un arte de biribirloque. Y cuando los personajes se rebelan contra el director todo se reduce a la improvisación, la pasión elemental que se apaga en el chispazo, carente de sentido.
Sin embargo «Tantas voces», la función que se podrá ver en el Arriaga la próxima semana, no parte de su teatro sino de sus relatos, si bien se trata del mismo universo. En «Cuentos para un año» intentó Pirandello reunir 365 relatos de entre los que escribió durante toda su vida; la muerte se lo impidió, se quedó en 241. Cinco piezas llenas del vitalismo fatalista de este siciliano atormentado pero hedonista. Hay en una de ellas un enfermo ya desahuciado que inopinadamente se complace saboreando unos albaricoques. Todo un mundo demasiado humano girando caóticamente en busca de un inexistente sentido.
La función que se pone en el Arriaga los días 6 y 7 también nace de una obra narrativa, la archifamosa «1984» de Orwell, esa contundente crítica al régimen del «Big Brother» Stalin que se convirtió en profética diatriba contra el poder totalitario del estado democrático capitalista.
Dirección: Jaime Azpilicueta.
Intérpretes: María Luisa Merlo, María Luisa Merlo y Belinda Washington. .
Día y hora: Hoy a las 20.00 y a las 22.00 horas.
Lugar: Kultur Leioa
Entrada: 15 euros.
«1984»: Principal, 10 y 11 de octubre.
«Futuros Difuntos»: Principal, 14 de octubre.
«Días de vino y rosas»: Principal, 15 y 16 de octubre.
«El intrépido viaje de un hombre y un pez»: Ibañez de Matauco, 12, 13 y 14 de octubre.
Dirección: Javier Huete.
Ayudante de dirección: Andone Esparza.
Intérpretes: Belen Nevado.
Día y hora: hoy a las 20.30 horas.
Lugar: C.C. Hegoalde
Duración: 70 minutos.