«Espero que el clima de miedo no se imponga»
Sinn Féin es la única formación con representación en el Parlamento de Dublín que defiende el voto en contra del Tratado de Lisboa. Su vicepresidenta explica a GARA los motivos de esta posición, basada en la defensa de los sectores populares irlandeses frente a los grandes poderes económicos.
¿Cómo cree que el clima económico y social en Irlanda podría afectar el resultado del referéndum?
Creo que el Gobierno y la campaña del «Sí» han sido muy cínicos en la forma en la que han usado el hecho de que sufrimos un desempleo en alza y la espiral del caos económico para casi casi intimidar a la gente para que vote a favor del Tratado de Lisboa. Les dicen a la gente, de forma incorrecta, «tenemos crisis económica porque votasteis contra Lisboa». Una tontería. También les dicen «si rechazáis el Tratado de nuevo tendremos aún mayor caos económico». Más tonterías. Ya estamos arruinados en este momento y la gente debe de votar sobre el Tratado con una perspectiva a largo plazo y un ojo en las cuestiones democráticas, en los derechos de los trabajadores, en la provisión de servicios públicos... Nadie en este país, voten lo que voten, debe verse obligado a apoyar el Tratado porque los creadores del embrollo económico que estamos sufriendo digan que va a empeorar porque ya no tienen ninguna credibilidad a nivel económico, o a nivel de creación de empleo. Espero que este clima de miedo no gane hoy y dejemos que los electores, voten lo que voten, lleguen a las urnas con los ojos bien abiertos a la realidad del Tratado.
¿Y cuál es su opinión sobre las supuestas garantías obtenidas por el Gobierno irlandés de la Unión Europea? ¿Las considera suficientes?
Para nada. No cambian el Tratado de Lisboa. Han creado argumentos complicados y circunvalaciones cuando lo que deberían haber hecho es ir a nuestros socios europeos y decirles: «Mirad, hay un problema en este texto con los derechos de los trabajadores, hay problemas con la cuestión democrática, etcétera» y buscar cambios en el Tratado para solucionar esas cuestiones. Si hubieran hecho esto, los políticos irlandeses hubieran, por una vez en la historia contemporánea, llegado a un lugar de liderazgo sobre temas que no sólo preocupan en Irlanda, sino también en el conjunto de la Unión Europea.
Sinn Féin tiene unos compañeros de viaje bastantes dispares, desde la derecha nacionalista británica a la extrema derecha religiosa irlandesa. ¿Cómo cree que ello puede afectar el resultado?
La verdad, no lo sé. En la campaña hemos trabajado con otras fuerzas progresistas de la izquierda de este país. La preocupación de la coalición en la que estamos se centra en los ciudadanos irlandeses, que ya han rechazado este Tratado una vez. Y eso es lo que importa, ésta es la gente que nos importa. Algunos de los que apoyan el Tratado quieren que se crea que son los euroescépticos británicos los que no quieren que se aprueba el Tratado, pero esto no es cierto. Son los sindicalistas irlandeses, los ciudadanos, las mujeres, los mayores, que saben que hay un camino mejor y eso es lo que quieren. No creo que sea mucho pedir.