GARA > Idatzia > Iritzia> Kolaborazioak

Katu ARKONADA I Investigador y analista en Bolivia

Vivir bien, la búsqueda de un nuevo paradigma en Bolivia

Pero vivir bien es también salir de la dicotomía entre ser humano y naturaleza, despertar la conciencia de que somos parte de la Pachamama, de la Madre Tierra, y con ella nos complementamos

El 25 de enero fue aprobada en referéndum por el pueblo boliviano la nueva Constitución Política del Estado, con aproximadamente el 57% de los votos favorables.

Marcando un hito político, recoge el concepto de vivir bien siguiendo la estela del Gobierno de Ecuador, que ya lo introdujo en su nueva Constitución. Además de hacer una mención en el Preámbulo («Un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien...»), lo desarrolla en el artículo 8, mientras desarrolla las Bases Fundamentales del Estado.

«El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: [...] suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena) [...]».

«El Estado se sustenta en los valores de [...] equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución».

Asimismo hay menciones al vivir bien en el artículo 80, al hablar de la Educación; en el 306, respecto a la organización económica del Estado («El modelo económico boliviano es plural y está orientado a mejorar la calidad de vida y el vivir bien de todas las bolivianas y los bolivianos») o en el 313, en el que se establecen los propósitos para eliminar la exclusión social y la pobreza y por el logro del vivir bien en sus múltiples dimensiones.

Si bien es todo un logro que se hayan conseguido desmontar (parcialmente al menos) las estructuras coloniales, así como construir un nuevo marco político, que tiene en su articulado el vivir bien como un nuevo paradigma para un nuevo modelo de desarrollo, hay que analizar qué incidencia real va a tener o está teniendo en las políticas públicas impulsadas por las instituciones.

Éste tiene que ser el principal objetivo de análisis hoy en Bolivia, cómo pasar de lo local a lo macro. Cómo pasar de las practicas en las comunidades, los ayllus, a la implementación de prácticas en y desde los ministerios y otras instituciones del Estado; de la declaración de intenciones escrita en un papel (por muy importante que sea, como la nueva CPE) a aplicar políticas para construir ese nuevo paradigma. Y si bien es fundamental recuperar y sistematizar las prácticas de vivir bien que se dan en todo el territorio, en las 36 nacionalidades que conforman Bolivia, la mayoría complementarias entre sí, hay que empezar a analizar y extraer las diferentes enseñanzas que se puedan extrapolar de lo local a lo nacional. Hay que recoger esas enseñanzas para construir una nueva ética que debe guiar el accionar del Estado y marcar asimismo a sus ciudadanos y ciudadanas cómo deben relacionarse entre sí, buscando la complementariedad y el equilibrio con ellos mismos, así como con la naturaleza.

Después de más de 500 años de colonialismo, no se puede entender un verdadero proceso descolonizador sin el vivir bien como guía que apuntale un nuevo modelo de sociedad, y a la vez tampoco se puede entender tratar de aplicar las enseñanzas del vivir bien sin un verdadero proceso de descolonización, que desmonte las estructuras del estado colonial.

En Bolivia en los últimos tiempos se están introduciendo formas tradicionales del vivir bien como la medicina tradicional, en complementariedad con la medicina moderna, la justicia comunitaria complementando la justicia heredada del sistema colonial, y también la reciprocidad y el comunitarismo se están aplicando, en un reparto de las riquezas naturales entre toda la población sin precedentes en la historia boliviana.

Pero vivir bien es también salir de la dicotomía entre ser humano y naturaleza, despertar la conciencia de que somos parte de la Pachamama, de la Madre Tierra, y con ella nos complementamos. Y eso es contradictorio con la construcción de grandes infraestructuras, que más que vertebrar Bolivia sirven de ruta de paso para el saqueo de las riquezas naturales del Amazonas, que no fortalecen las comunidades, que además muchas veces no son consultadas, violándose sus derechos colectivos además de los individuales, sino todo lo contrario, las desestructuran creando problemas para los que nunca estuvieron preparadas.

Un claro ejemplo de incompatibilidad entre vivir bien y políticas públicas es el IIRSA (Integración de las Infraestructuras Regionales de Sudamérica) y los tres ejes que se construyen en Bolivia: la carretera Puerto Suarez-Santa Cruz, las represas en torno al Río Madera y el corredor norte amazónico. Tenemos el reto de desarrollar Bolivia, la nueva Bolivia descolonizada, del vivir bien, del saber vivir en definitiva, pero para ello debemos ser muy conscientes de los puntos negros, flaquezas, y quizás formas de hacer política y desarrollo heredadas de ese sistema colonial que sigue oprimiendo a Bolivia.

La sociedad boliviana camina hacia la construcción de ese nuevo paradigma, y ahora con paso más firme, después de dotarse de ese bastón llamado nueva Constitución Política del Estado, sólo falta quitar las piedras que entorpecen y dificultan su camino.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo