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Los núcleos rurales desperdigados siguen siendo los más perjudicados en el acceso al sistema sanitario público

Los recientes casos de Arano y Goizueta, con una mujer muerta y un hombre herido grave por deficiencias en la asistencia médica, han vuelto a poner en evidencia las precarias condiciones en que siguen algunas zonas rurales de Nafarroa. El Gobierno de Miguel Sanz se comprometió en marzo de 2008 a poner en marcha los servicios de urgencias rurales, pero año y medio después se ha comprobado que estos servicios no se han desarrollado y que en Nafarroa sigue sin haber igualdad en el acceso al sistema sanitario.

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Iñaki VIGOR I

En las zonas rurales de Nafarroa hay muchos problemas mezclados en lo que a asistencia sanitaria se refiere, lo que hace que la solución resulte bastante compleja. Hasta hace unos cuantos años, los pequeños pueblos disponían de un médico y una enfermera que atendían a la población las 24 horas del día, algo que es totalmente inviable en la actualidad. Aquella situación se modificó con la creación de los centros de salud, en los que ya no sólo había un médico, sino también otros profesionales sanitarios. En estos centros comenzaron a hacer guardias para poder cubrir las necesidades, y a su vez los profesionales reivindicaron horarios normalizados de trabajo para evitar jornadas de 24 horas. La «solución» que dio la Administración fue realizar contratos de personal, contratos que varios sindicatos rechazaron por entender que establecían malas condiciones laborales, ya que las personas contratadas ni siquiera tenían reconocido el derecho a las bajas. Estos trabajadores contratados realizaban labores que no querían hacer los fijos.

Tras una negociación entre Administración y sindicatos, en abril del pasado año se consiguió que la Consejería de Salud crease los servicios de urgencias rurales. «Lo que se intentaba era que los profesionales cubriesen desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, y que a partir de esa hora hubiese un servicio para cubrir el resto de la jornada. Lo que ha pasado es que estos servicios no se han desarrollado, porque se han creado con poco personal. Hay zonas rurales donde todavía no hay personal suficiente para cubrir la atención sanitaria, debido sobre todo a la falta de médicos», explica Maite Velasco, sindicalista de LAB.

El compromiso de la Administración incluía el establecimiento de unas zonas de especial actuación, zonas que, debido a su situación geográfica, padecen una serie de carencias que no existen en otras zonas rurales bien comunicadas. En concreto, las zonas de especial actuación son Urdazubi-Zugarramurdi, Goizueta-Arano, Arribe-Atallu, Luzaide y Cabredo. Estas localidades se encuentran en peores condiciones que el resto en cuanto a asistencia sanitaria, bien porque tienen muy lejos el hospital más cercano, porque hay malas carreteras de acceso, porque la población está muy dispersa, o porque se dan varias de estas circunstancias al mismo tiempo.

Hace más de un año varios sindicatos ya denunciaron la situación en que se encontraban estas zonas de especial actuación y plantearon la necesidad de adecuar los recursos existentes. «Se nos dijo que no era problema de los sindicatos, sino que era un asunto que correspondía al Parlamento. Pero ha pasado el tiempo y el Parlamento sigue sin tomar ninguna decisión», constata Maite Velasco.

Los recientes casos de Arano y Goizueta han venido a dar la razón a quienes ya advirtieron hace un año de las carencias sanitarias en algunos núcleos rurales de Nafarroa. No obstante, los sindicatos no quieren entrar a debatir sobre casos concretos, sino que plantean abordar la problemática en su conjunto y reclaman la puesta en marcha de medidas para que estas zonas de especial actuación estén bien atendidas.

«Es evidente que un ciudadano de Goizueta, por ejemplo, no tiene la misma atención sanitaria que un ciudadano de la ciudad o de otra zona de Nafarroa bien comunicada, y eso hay que solucionarlo. Nosotros creemos que estas zonas de especial actuación tienen que tener un trato especial», propone esta sindicalista.

Balance muy negativo

El pasado 30 de setiembre se reunió la mesa de seguimiento del pacto firmado en abril del pasado año entre los sindicatos y la Administración. A esta reunión asistieron los jefes de personal de Osasunbidea y de Atención Primaria, así como representantes del Sindicato Médico, del Sindicato de Enfermería, de Auxiliares de Enfermería, CCOO, UGT, ELA y LAB. En representación de este último sindicato asistió Txaro Otxandorena, y la valoración que hizo, tras tres horas de reunión, fue «muy negativa».

«No se llegó a ningún acuerdo, no se concretó ningún punto ni se avanzó en ningún sentido. Tampoco vimos voluntad por parte de la Administración de abordar temas que tengan que ver con los aspectos más urgentes de la asistencia sanitaria rural», informó Txaro Otxandorena.

A su juicio, «el problema es que la Administración no quiere ofrecer soluciones, que pasan por destinar más personal para las zonas de atención especial y para aquellos lugares donde la carga de trabajo sea muy elevada. La Administración no quiere entrar en el estudio de necesidades, y así es muy difícil avanzar».

Esta sindicalista plantea un modelo de urgencia rural desvinculado de la atención sanitaria que se presta durante el horario normal de la mañana, «un servicio completo, de calidad, con gente contratada en condiciones y con medios suficientes para poder atender cualquier circunstancia».

Por su parte, el Sindicato Médico propone repartir las horas de trabajo de forma distinta a como se hace en la actualidad, pero los demás sindicatos le han pedido que concrete mejor su propuesta.

Txaro Otxandorena constata que en este ámbito sanitario existen «cargas de trabajo» y que la calidad de la asistencia está empeorando. «Hay trabajadores que meten muchísimas horas por falta de personal, y como no se hacen sustituciones -explica-, se tienen que sustituir entre ellos. Como dicen que los recursos son limitados, nosotros proponemos que, al menos, esos recursos se repartan mejor».

Uno de los problemas más evidentes es la carencia de médicos, carencia que abarca a toda la sanidad pública pero que tiene una incidencia especial en los núcleos rurales. En general, los médicos disponibles no quieren ser destinados a determinadas zonas rurales porque están en peores condiciones, tienen más responsabilidad, los casos de urgencia requieren más tiempo y dedicación y los centros hospitalarios se encuentran demasiado alejados.

Esta situación se da también en otras zonas de Euskal Herria, pero resulta más problemática en Nafarroa debido a la situación geográfica de algunos pueblos y caseríos, muy alejados de los centros asistenciales. En Araba la situación «es un poco mejor» que en Nafarroa, según informa Jesús Iturralde Iriso, responsable en este herrialde de Semergen-Euskadi, antigua Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista.

«Casi todos los pueblos están cerca de Gasteiz, con lo cual la accesibilidad al hospital es buena. Además -agrega-, hay un médico de guardia que está localizable día y noche en estas zonas rurales. También hay una ambulancia de referencia y hay desfibriladores en cada zona básica de salud por si surgen problemas de tipo cardiaco».

Según sus datos, los pueblos de Araba con más problemas de atención sanitaria serían algunos de Lautada (Llanada), como Agurain, y de la Rioja, como Bastida, «porque se trata de pueblos más grandes y por tanto la probabilidad de que haya una urgencia vital es mayor». Por ello, se intenta que, si hay algún médico sustituto, vaya a estos pueblos.

«No hay médicos ni para nosotros»

«Tenemos la suerte de que en Araba los pueblos son un poco más pequeños, y por tanto los médicos tienen que atender a menos población. Por este mismo motivo -explica-, se producen menor número de casos o de urgencias vitales. Una de las ventajas de ser pueblos pequeños es que, aunque falte un médico, el médico del pueblo de al lado puede cubrir las necesidades».

Al igual que en Nafarroa, uno de los principales problemas sanitarios en Araba es la falta de médicos. «No hay médicos ni para nosotros -lamenta Jesús Iturralde-. Yo trabajo en Gasteiz, en la capital, y tenemos este mismo problema. No hay médicos suficientes ni aquí ni en ningún sitio del Estado español, y eso que han venido muchos médicos extranjeros».

A pesar del refuerzo que ello supone, la realidad es que no se cubren las plazas vacantes de médicos que van quedando. El responsable en Araba de Semergen-Euskadi apunta como algunas causas de esta situación la «falta de previsión», y constata que muchos médicos se están jubilando.

«Ha habido una necesidad de más médicos por diversas circunstancias, entre otras cosas porque ahora se da más cobertura. Pero esa necesidad no se ha cotejado con la salida de nuevos profesionales de las facultades de Medicina, y por eso estamos ahora mismo con déficit. Además, esto no se cubre de un año para otro, porque para que un profesional esté en condiciones de trabajar, para que sea operativo, se requieren diez años, seis de ellos de facultad más los cuatro o cinco de MIR, que ahora es obligatorio».

La carencia de médicos afecta más a las zonas rurales, y no porque estén peor pagados, ya que incluso cobran más que en la capital gracias a las guardias, sino porque las condiciones son peores. «En Araba no hemos tenido casos como los que han ocurrido en Navarra. Tenemos el handicap de que no hay médicos suficientes, pero eso no podemos solucionarlo nosotros», aclara.

En líneas generales, considera que la situación en Araba «está bastante bien», aunque se pueda mejorar. «Los problemas suelen surgir cuando se trata de urgencias vitales. Si una persona sufre un ahogo, como no esté allí mismo el médico es muy complicado que pueda salir -advierte Iturralde-, porque es cuestión de minutos».

instan al Gobierno navarro a diseñar una zonificación sanitaria nueva

A raíz de los casos de Goizueta y Arano, la problemática sanitaria rural ha llegado al ámbito político. En su sesión plenaria de ayer el Parlamento navarro aprobó por unanimidad una resolución por la que se insta al Gobierno a remitir a la Cámara una nueva zonificación sanitaria en el plazo de un año.

También se pide que esta nueva zonificación cuente con la participación de sindicatos, asociaciones y colegios profesionales, así como con representantes de los municipios y concejos. La actual zonificación sanitaria fue diseñada hace casi 25 años, y se ha visto superada por el desigual crecimiento poblacional. I. V.

«Hay que impartir conocimientos básicos para casos de urgencia»

«Si a una persona le da una parada cardiaca, como no esté el médico allí en esos momentos o alguien actúe en menos de cuatro minutos, esa persona se muere. Y claro, no es fácil tener un médico en cuatro minutos, ni en la capital ni mucho menos en un pueblo. Aunque estés en el mejor sitio del mundo, si no recibes una atención rápida en determinados casos de urgencia, puedes fallecer». Así lo advierte Jesús Iturralde, médico que ejerce en pleno Casco Antiguo de Gasteiz.

¿Y qué se puede hacer en estos casos? «Yo soy partidario -responde- de impartir conocimientos básicos sanitarios a las personas en general. Hay que saber cómo actuar si alguien, por ejemplo, se atraganta con un trozo de carne, qué tiene que hacer hasta que llegue un profesional sanitario que pueda hacer algo más».

A su juicio, habría que comenzar desde el colegio a enseñar a los escolares una serie de nociones que son básicas para poder salvar a una persona en casos excepcionales. «Esto es algo que se puede hacer ya, porque disponer de un médico las 24 horas del día en un pueblo pequeño, es imposible», opina Jesús Iturralde. I. V.

zonas

de especial actuación en el ámbito sanitario existen actualmente en Nafarroa. Se trata en concreto de Urdazubi-Zugarramurdi, Goizueta-Arano, Arribe-Atallu, Luzaide y Cabredo.

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