Un 75% de los casos de trastorno bipolar en la edad pediátrica sufre un retraso en el diagnóstico de, al menos, 18 meses, demora atribuible a que los síntomas de la enfermedad se presentan de manera diferente en niños y en adultos. Además, un 25% de ellos presenta un retraso en el dictamen médico superior a los tres años y cuatro meses, según un estudio realizado por el Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra, en colaboración con la Unidad de Psicofarmacología Pediátrica del Hospital General de Massachusetts de la Universidad de Harvard.

El estudio, apunta la responsable del estudio, la doctora Inmaculada Escamilla Canales, es original y aborda una cuestión controvertida en Europa, donde se conoce y diagnostica bien la enfermedad en adultos, pero no ocurre lo mismo con los niños. De hecho, estudios realizados en adultos muestran que el 60% tuvieron el inicio de la enfermedad antes de los 20 años de edad. Según otro resultado, antes del dictamen médico definitivo, los pacientes eran diagnosticados de múltiples trastornos, hasta cuatro diferentes en el 14% de los casos. Los más frecuentes fueron: trastorno de conducta, déficit de atención e hiperactividad y depresión mayor.

Irritabilidad, el síntoma

Tanto el retraso como el diagnóstico erróneo de la enfermedad bipolar pediátrica están relacionados, según Escamilla, con la distinta presentación del trastorno en niños o adultos. En los niños, la alteración del humor más frecuente es la irritabilidad, mientras que en los adultos la presentación típica es la euforia y la expansividad.

La irritabilidad característica en estos niños es explosiva y severa. Puede confundirse con una rabieta, pero es mucho más desproporcionada. Igualmente, cambian de humor con frecuencia.

Por su parte, síntomas como la euforia y grandiosidad, aunque menos habituales a estas edades, pueden mostrarse en el colegio, donde creen que tienen más autoridad que el profesor. También se puede observar deshibición social en estos niños, como hacer comentarios despectivos o groseros en voz alta en la calle, según concreta esta especialista.