Elinor Ostrom, primera mujer premiada con el Nobel de Economía
El premio Nobel de Economía de este año será por primera vez en la historia para una mujer, la estadounidense Elinor Ostrom, por sus estudios sobre la gestión de recursos naturales como el agua o los bosques, de manera sostenible y como bien común, sin que tengan que ser privatizados o gestionados por el Estado. Compartirá el premio con Oliver E. Williamson por sus análisis relativos al papel de las empresas como estructuras de gobierno alternativas.
GARA
En 1945 un grupo de ciudadanos se asoció para proteger las aguas subterráneas del sur de California que estaban sufriendo filtraciones de agua salada y consiguió en los tribunales un nuevo reglamento de protección del agua.
El caso sirvió a Elinor Ostrom para presentarlo, en su tesis sobre la gestión del agua, como un ejemplo de cómo individuos dispares son capaces de unirse para proteger un recurso común. Estos estudios sobre la gestión de la propiedad pública le valieron ayer convertirse en la primera mujer que recibe un Premio Nobel de Economía otorgado por la Real Academia Sueca de Ciencias.
Ostrom nació en Los Angeles en 1933 y es catedrática en ciencias políticas por la Universidad de California. El premio, compartido con el también estadounidense Oliver E. Williamson, y que asciende asciende a 10 millones de coronas suecas (casi un millón de euros), reconoce sus trabajos sobre el análisis de la gestión de la propiedad pública, que desafían la creencia de que la propiedad común no está bien gestionada y debería ser regulada por las autoridades centrales o privatizada.
Bienes comunes
Sus análisis muestran cómo las transacciones económicas se realizan no sólo a través de los mercados, sino también dentro de empresas, asociaciones y familias. A partir de estudios de propiedades comunes de bancos pesqueros, pastos, bosques, lagos y aguas, Ostrom concluyó que los resultados son con frecuencia mejores de lo que predicen las teorías estándares y que los usuarios desarrollan mecanismos sofisticados para tomar decisiones y reforzar las reglas al tratar conflictos de intereses.
Así, ha aclarado características centrales del autogobierno, como la importancia de la participación activa de los usuarios, y que las reglas impuestas desde el exterior tienen menos legitimidad y hay mayor probabilidad de que sean violadas.
Williamson, por su parte, se doctoró en Economía en 1963 en la universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, y es profesor en la universidad de Berkeley. Williamson se propuso clarificar por qué algunas transacciones ocurren dentro de las empresas y no en los mercados, y concluyó que las organizaciones jerárquicas emergen cuando las transacciones son complejas o no estándares y cuando las partes son interdependientes. El marco general establecido por Williamson ha demostrado además ser productivo para analizar todo tipo de contratos incompletos, desde los realizados entre miembros de un hogar a los contratos financieros entre empresarios e inversores.
La academia ha considerado que las teorías de ambos autores se complementan en el ámbito del análisis del gobierno económico y los límites de las empresas. Suceden en el palmarés del Nobel a Paul Krugman, premiado por sus análisis de los patrones de comercio y de la localización de la actividad económica.
«Es un honor ser la primera, pero no seré la única», afirmó ayer Elinor Ostrom, al conocer la concesión del Nobel de Economía. «Lo que hemos ignorado es que los ciudadanos pueden hacerlo», aseguró respecto a sus estudios al subrayar la importancia de que las personas se involucren, en vez de «tener a alguien en Washington dictando las leyes».
Ostrom creció en una época de depresión económica, en una ciudad donde el agua dulce es un bien preciado, por lo que experimentó de primera mano el valor de los recursos naturales y la sostenibilidad desde niña. Ha estudiado la forma de auto-organización y cómo se trabaja la gestión a nivel local para mantener los recursos comunes, ya sean naturales, como bosques o lagos; o creadas por el hombre, como pueden ser las fuerzas policiales y ha conseguido descifrar algunos patrones en la toma de decisiones que funcionan. Doctorada en ciencias políticas y fundadora del Centro para el Estudios de la Diversidad Institucional de la Universidad de Arizona, siempre se ha definido como una economista política. GARA