Nueva redada contra la izquierda abertzale
Trece años de redadas contra iniciativas políticas
Arnaldo Otegi, ahora detenido, suele citar una frase del sacerdote irlandés Alec Reid que le impactó en su día pero ha resultado premonitoria: «Cuanto más razonables sean vuestras propuestas, más os per- seguirán». El tiempo le ha dado la razón. En los últimos trece años, a cada paso político de la izquierda abertzale le ha contestado el Estado español deteniendo a sus impulsores.
Ramón SOLA
La cadena de detenciones y encarcelamientos sufrida por el propio Arnaldo Otegi es la mejor prueba de que el reverendo Reid, figura clave para que el proceso irlandés llegara a buen término, tenía mucha razón. El político más carismático de la izquierda abertzale ha sido detenido en momentos en los que el sector que representa retomaba la iniciativa política, como ocurrió unos días después del alto el fuego de marzo de 2006.
Esta realidad la ha constatado la izquierda abertzale en los últimos doce años, desde que la iniciativa de difusión de la Alternativa Democrática llevara a toda la Mesa Nacional a la cárcel por vez primera, en febrero de 1997 -aunque Jon Idigoras fue detenido un año antes-. La práctica habitual del Estado español en los siguientes años ha sido siempre ésa: combatir las iniciativas políticas a través del encarcelamiento de sus autores.
Continuidad
Sin embargo, el objetivo no ha sido conseguido. No hay más que recordar que la Mesa Nacional que sucedió a aquella juzgada y condenada en 1997 continuó su labor -con Otegi a la cabeza-, dando paso así al proceso de Lizarra-Garazi. Tampoco el macrosumario contra dirigentes de Batasuna -e históricos de HB y EH- abierto en 2002 pudo abortar el proceso de diálogo con el PSOE que derivó en la negociación desarrollada entre 2005 y 2007. Y, del mismo modo, los arrestos de Segura no habían detenido la definición de nuevas iniciativas políticas.
En todos estos años y tras cada una de estas redadas, representantes de la izquierda abertzale han recurrido a una misma frase para resumir su posición: «A mayor represión, mayor iniciativa política».
Desde 2002, esta tarea ha tenido que desarrollarse en la clandestinidad por la ilegalización impuesta en el Estado español y validada por instancias como el Tribunal de Estrasburgo. Sin embargo, no es menos cierto que, en privado, en ámbitos internacionales se destaca la labor inequívocamente política de los líderes de la izquierda abertzale en favor de la solución, y que su posición quedó apuntalada en la última reunión del proceso de negociación, en mayo de 2007. El Relator de la ONU Martin Scheinin alertaba hace poco en Leioa de que «cortar las vías políticas es extremadamente peligroso».
